Señor Director:

Don Guillermo Ramírez, presidente de la UDI, ha declarado a un medio internacional (Financial Times, 2 de diciembre) que “si la derecha no puede cumplir con las demandas de los chilenos, entraremos en territorio desconocido en términos de frustración”, dijo. “Lo que está en juego durante los próximos cuatro años es la fe de la gente en nuestro sistema político”.

Ramírez tiene razón, pero la derecha no puede resolver la crisis política nacional en curso, solo la agudizaría; por eso no debe ganar. La única fuerza política capaz de hacerlo es la formidable coalición progresista que respalda a Jeannette Jara.

Para hacerlo, el único camino es que esta coalición gane y se convenza de realizar las reformas necesarias para acabar con los principales abusos que se originaron el 11 de septiembre de 1973, enfrentando a los grandes abusadores con la determinación del Presidente Allende, en lugar de ponerse de acuerdo con ellos para postergar nuevamente estas reformas, como ha venido haciendo el sistema democrático de los 30 años.

Lo anterior es una realidad objetiva y de interés nacional, que el sistema político no ha asimilado y no lo hará por el simple peso de los argumentos, sino —tal como correctamente aprecia el presidente UDI— por la masiva irrupción popular en el espacio político que viene cursando con altos y bajos desde el 18-O.

Como repetía el Presidente Arturo Alessandri Palma hace exactamente un siglo, en circunstancias políticas parecidas y sin que nadie le hiciera mucho caso: “No hay excepción a la ley de la historia que conduce a los pueblos a la hecatombe cuando postergan las reformas necesarias”.

Manuel Riesco
Vicepresidente CENDA