Señor Director:

Hoy, el Colegio Santo Domingo de La Reina vive su último día de clases tras la decisión de la Orden de Los Dominicos, dueños del establecimiento, de cerrarlo por razones que como comunidad aún no logramos comprender del todo.

Se acudió al Ministerio de Educación, a la Superintendencia, se sostuvieron reuniones con abogados, incluso con el Arzobispado, y la respuesta fue común, estamos a merced de la voluntad del dueño. A través de esta lamentable experiencia, donde como comunidad nos sentimos vulnerados por los actos y la forma de realizarlos, constatamos que la normativa actual protege la propiedad por sobre el proyecto educativo, reduciendo el cierre a un mero trámite de “check-list” burocrático.

La estructura actual solo protege al propietario del colegio, dejando a la deriva a los actores más sensibles de todo esto: los alumnos y funcionarios.

Este caso nos parece particularmente grave, ya que en esta situación el “dueño” no es un holding con reconocidos intereses económicos, sino la Orden de Predicadores, una histórica y respetada institución pontificia que, por su naturaleza, no responde solo a la ley civil, sino a los principios del Evangelio. Y es aquí donde los hechos y las formas contrastan con el discurso en el cual creemos y por el que escogimos esta institución para nuestras familias, y eso hoy a esta comunidad nos duele.

Marilú Budinich Villouta
Apoderada Colegio Santo Domingo Padres Dominicos de La Reina