En el año en que celebramos los 50 años del Metro de Santiago, es imposible no rendir homenaje a uno de sus principales artífices: Juan Parrochia Beguin, el arquitecto y urbanista que soñó con una ciudad más conectada, moderna y humana. Su legado no solo se mide en kilómetros de rieles, sino en la transformación profunda del tejido urbano de la capital chilena.
Nacido en Traiguén, en 1930, Parrochia fue un pionero en el urbanismo nacional. Estudió Arquitectura en la Universidad de Chile, donde más tarde se convertiría en un influyente profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Su pasión por las ciudades lo llevó a recorrer el mundo desde joven, conociendo los sistemas de transporte subterráneo más avanzados del planeta.
Pero fue en 1973, en plena efervescencia política y social, cuando asumió como primer director general del Metro de Santiago, liderando la construcción de una de las obras de infraestructura más ambiciosas del país. Su visión no se limitaba a resolver el problema del transporte: quería redefinir la forma en que los santiaguinos vivían y se desplazaban, integrando el metro como columna vertebral de una ciudad más equitativa y eficiente.
Durante más de tres décadas como académico, Parrochia formó a generaciones de urbanistas, dejando una huella indeleble en la planificación territorial de Chile. Fue el primer galardonado con el Premio Nacional de Urbanismo, en 1996, un reconocimiento a su incansable labor y su mirada de largo plazo.
Hoy, medio siglo después de que los primeros trenes recorrieran los túneles de la Línea 1, el Metro de Santiago se ha convertido en un símbolo de progreso, resiliencia y modernidad. Con más de 140 kilómetros de extensión y millones de pasajeros diarios, es testimonio vivo de la visión de Parrochia: una ciudad que se mueve unida, bajo tierra, con eficiencia y dignidad.
Celebrar los 50 años del Metro de Santiago es también celebrar la vida y obra de Juan Parrochia Beguin. Su legado sigue latiendo en cada estación, en cada vagón, en cada trayecto que acorta distancias y conecta sueños.
Solo falta que la empresa Metro le haga el merecido homenaje, poniéndole a una de las nuevas estaciones, que pronto se inaugurarán, una placa con su nombre y antecedentes.
Sergio Jiménez M.
Gastón Fernández
Miembros del Instituto de Conmemoración Histórica