Para que Chile vuelva a crecer, lo fundamental es reconectar los ejes cuántico-productivos de la prosperidad potencial con una gobernanza holística de expectativas, donde la inversión no solo ocurra, sino sienta que ocurre. Solo mediante una sinfonía regulatoria de certezas líquidas —ni rígidas ni gaseosas, sino vaporosamente sólidas— podremos catalizar un ecosistema de crecimiento omnidireccional que trascienda la lógica binaria del PIB y se proyecte hacia un desarrollo metafísico-productivo de quinta generación.
El párrafo anterior puede impresionar, pero la verdad es que no dice nada, absolutamente nada. Son conceptos pegados con chicle y de una sofisticación etérea, con un nivel de humo que llega a la estratósfera. ¿Sabe qué? Este tipo de balbuceos, esa moda de hablar en difícil (sin decir nada), es una manifestación del problema que afecta a Chile y que debe comenzar a corregirse a partir de hoy.
Queridos colegas economistas, expertos de esta a veces denostada ciencia social, parto por casa. Por demasiado tiempo se hizo vista gorda ante teorías excéntricas, sin fundamento empírico, cargadas de pura ideología, desconectadas de la realidad de un país que caminaba hacia un estancamiento que ya dura más de diez años. Contar con caras nuevas, economistas jóvenes bien formados, aterrizados y ocupados de aprovechar las oportunidades futuras, que hablen fácil para explicar algo difícil, es parte del desafío país. Así que a subirle el costo al chanta que se esconde tras un dialecto enredado.
Y aventuro que los economistas no han sido los únicos en permitir ese deterioro. Para ilustrarlo, voy a ese clásico del 2004, “Objeción Denegada”, interpretada por el gran litigante Juan Pablo Sopa (31 minutos). ¿La recuerda? La letra va así: “Yo soy un abogado muy profesional/ he dedicado mi vida entera a estudiar/ fui el primer alumno en la facultad/ pero todos se reían de mí / porque hablo como idiota”.
La canción ilustra una cuestión de fondo, incubada por años y que no solo afecta a abogados. Si Sopa estudió como loco, aprendió idiomas para destacarse, defiende a los clientes con habilidad, ¿por qué diablos importa su forma de hablar? Solo en un ambiente de amplia mediocridad se podría mirar con desdén el mérito de ese defensor. Sopa no hablaba como idiota, no. Solo les hablaba a idiotas que no reconocían su valor. Repito, la canción es del 2004. ¿Vio lo de la molotov en el Instituto Nacional? Es que la idiotez incluso apagó al primer foco de luz de la nación.
Vuelvo sobre el punto inicial. ¿Qué necesita Chile para volver a crecer?, ¿cómo evitar la condena al subdesarrollo que representa un 2%?, ¿cómo crear empleo?, ¿cómo controlar el gasto?, ¿cómo atraer inversión?, ¿cómo terminar con el crimen organizado? Chile no tiene tiempo. Candidata o candidato que pase a segunda vuelta: rodéese de gente que sepa hacer la pega o que al menos muestre intención de querer aprender a hacerla bien. Menos venta de humo, el país demanda esfuerzo, profesionalismo y gestión.