El Mercurio.com - Blogs : ONU, ocaso y punto de reunión
Editorial
Lunes 29 de septiembre de 2025
ONU, ocaso y punto de reunión
A 80 años de su fundación, se profundizan tanto el consenso sobre el potencial de Naciones Unidas —cuya Asamblea General sigue siendo un punto único de reunión de mandatarios— como sobre su declinación y consiguiente necesidad de imperiosas reformas estructurales.
El telón de fondo son guerras con miles de muertos en Ucrania, Gaza, Sudán y otras latitudes, hambrunas e inseguridad generalizada. Ese escenario debería enfrentar el próximo secretario general, cargo al que postula la expresidenta Michelle Bachelet, cuya candidatura fue propuesta central de la intervención del Presidente Boric ante la Asamblea.
Irrelevancia de la ONU es el concepto que se repite en las opiniones editoriales del Wall Street Journal, Financial Times, Economist y otros medios de importancia global. Hasta el Papa León XIV, en mayo, en su primera entrevista como jefe de la Iglesia Católica, se sumó a líderes mundiales señalando que “parecería que es generalmente reconocido que la ONU ha perdido sus capacidades”.
El secretario general, António Guterres, en su último año en el cargo, se ha visto forzado a presentar el “Programa de reforma de Naciones Unidas 80”, para abordar sus graves falencias operativas internas, que deberían conducir a una significativa reducción de presupuestos y del personal, que excede los ciento treinta mil funcionarios, con exorbitantes privilegios. El programa pretende abordar problemas como el despilfarro de un presupuesto que supera los sesenta mil millones de dólares, la superposición de agencias y funciones, y una frondosa y poderosa burocracia, de marcadas afinidades, que se autogenera. El Presidente Trump aprovechó la detención de la escala mecánica al ingresar y las fallas en el teleprónter en su intervención ante la Asamblea para denunciar la inoperancia. Al día siguiente solicitó una investigación por probable sabotaje a su participación.
Pero los problemas externos de NU son los esenciales. Provienen de las divisiones entre los países miembros, inmovilismo ante las indispensables reformas, ausencia de voluntad para el cumplimiento de la letra y espíritu de la Carta de Naciones Unidas, y especialmente por la falta de legitimidad, efectividad y representatividad, derivada de la concentración del poder en los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, con poder absoluto de veto sobre todas las decisiones relevantes.
Paradójico es que, a pesar del deterioro, los líderes mundiales concurren masivamente a la Asamblea anual para aprovechar ese foro único. Benjamin Netanyahu debió casi duplicar el tiempo de su travesía, eludiendo rutas directas para evitar la orden de captura en su contra por la Corte Penal Internacional. Mahmud Abás, Presidente de Palestina, impedido de ingresar a Nueva York por EE.UU., intervino por videoconferencia. Es que, con todo, la Asamblea sigue siendo una oportunidad única para encuentros y negociaciones de alto nivel e importancia.
Reconocimiento del Estado Palestino
No obstante que sobre 150 de los 193 países miembros reconocen al Estado Palestino —Chile lo hizo en 2011—, hasta la semana pasada, ningún integrante del G7, bloque económico más poderoso del mundo, lo había reconocido. El Presidente de Francia y los primeros ministros de Gran Bretaña y Canadá dieron el paso, junto con Australia, Portugal y Bélgica. El reconocimiento para algunos es simbólico si no va acompañado de nuevas sanciones a Israel por sus abusivas acciones en Gaza y solo significaría reemplazar a jefes de misión por embajadores. Sin embargo, el verdadero propósito es reafirmar la solución de los dos Estados, y presionar al cese del fuego y la paz.
La reacción israelí ha sido denunciar los nuevos reconocimientos como un premio a Hamás, provocador de la guerra con su ataque del 7 de octubre de 2023, asesinando a 1.200 personas ese día y estando aún pendiente el secuestro de 48 israelitas y la entrega de centenares de cadáveres. También han surgido reacciones extremistas en el gobierno de Israel, como la del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, para quien es el momento de anexar Gaza, a lo cual Trump ha manifestado su rechazo; mientras Arabia Saudita y los Emiratos Árabes estiman que sería trasgredir una línea roja. Benjamín Netanyahu aprovechó la oportunidad para reafirmar que no permitirá la constitución del Estado Palestino en la orilla occidental del Jordán.
Migración: Nuevas medidas en Europa y EE.UU.
Gran Bretaña inició la semana pasada la puesta en marcha del acuerdo “uno ingresa y otro sale”, para combatir los ingresos clandestinos por mar desde Francia. Y es que las tensiones por ingresos ilegales aumentan en Europa, especialmente en Reino Unido, obligando a políticas restrictivas y a deportaciones.
Trump denunció en la ONU los daños de los descontroles fronterizos para la cohesión y estabilidad de las naciones, en particular las europeas. Y en su propio país, ordenó incrementar las deportaciones con destino a naciones africanas y elevó desde 250 a cien mil dólares el costo de las visas H-1B, que permiten a los empleadores contratar temporalmente a trabajadores con habilidades especializadas. La medida, con efectos recaudatorios, apuntaría a evitar bajas remuneraciones y pérdidas de oportunidades para profesionales norteamericanos. Ha sido ácidamente criticada por favorecer a las grandes empresas en detrimento del resto, y contravenir el interés norteamericano de promover el desarrollo científico y tecnológico, además de su dudosa legalidad, por corresponder, tratándose de un impuesto, a una atribución del Congreso.