Señor Director:

Llama la atención la crítica persistente que parte de la derecha dirige a Chile Vamos. Ayer, un lector calificó de “patético” que sus dirigentes no ofrecieran colaboración a republicanos en un eventual gobierno, acusándolos de “dañar al sector”.

Pero vale la pena recordar: los republicanos ha insistido, una y otra vez, en que se trata de proyectos distintos. Se negaron a competir en listas conjuntas en elecciones de gobernadores, municipales, parlamentarias y primarias. Han tildado a Chile Vamos de “derechita cobarde”. Su presidente, Arturo Squella, los critica con frecuencia —siempre con una sonrisa— y ha llegado a decir que Chile Vamos llega a acuerdos “porque sus convicciones son débiles”. Y la lista sigue.

¿Debe Chile Vamos repetir el error de la Concertación, que terminó diluyéndose al plegarse sin condiciones a la “nueva izquierda” que la atacaba con igual dureza? Si la falta de unidad es motivo de crítica —debatible—, ¿no debería esa crítica dirigirse, en primer lugar, a los republicanos?

La coherencia no solo debe aplicarse en la defensa de las ideas, sino también en la (auto)crítica.

Ignacio Naudon Dell'Oro