Los estatutos del Partido Comunista, que se encuentran vigentes, son una pieza extraordinaria de dictadura interna de una organización. El militante no puede tener opinión propia y está completamente sometido a las políticas, programas e instrucciones de organismos centralizados. El principio organizativo central es la Disciplina (así, con mayúscula), la cual, de modo esencial, implica una adhesión indiscutible a la doctrina política del PC: “el socialismo científico, el marxismo-leninismo”. Se señala que cada militante, al ingresar, debe jurar una promesa de lealtad. El texto del juramento empieza así: “Prometo la más firme lealtad a los principios del marxismo-leninismo”.
Más adelante, entre los deberes del militante se encuentra la obligación de superarse en el conocimiento de la ideología (así se la llama en el documento) del marxismo-leninismo.
Todos estos acápites tienen una razón de ser. Los mismos estatutos señalan que, en caso de incumplimiento de estas obligaciones, procede la aplicación de sanciones, incluida la expulsión. El disenso doctrinario es una herejía que es condenada y eliminada.
En el último congreso general del partido, cuyas acuerdos son públicos y están disponibles en la página oficial del partido en Chile, el lector puede encontrar una interpretación del estado de la política chilena. En resumen, se sostiene que la democracia representativa se encuentra en crisis en razón de su asociación incompatible con el neoliberalismo. Se señala, entonces, cito textualmente:
“El Congreso subraya la necesidad de redefinir la democracia como un instrumento de liberación del pueblo. Frente a la tecnocracia y elitismo de la democracia neoliberal, se propone una democracia que sea participativa, inclusiva, vinculante y enraizada en las comunidades. Este modelo debe ser capaz de avanzar hacia la justicia social, promoviendo una organización basada en la solidaridad y la cooperación para avanzar hacia el socialismo”.
Más adelante señala, cito textualmente otra vez:
“La democracia debe ser entendida como un proceso continuo que trascienda los mecanismos electorales tradicionales, avanzando hacia una revolución democrática. Esto implica construir un sistema inclusivo y participativo, donde la ciudadanía tenga un rol activo en la toma de decisiones y en la creación de un modelo social que responda a sus demandas, superando las limitaciones del enfoque meramente representativo”.
“Redefinir la democracia”, “la democracia es un proceso continuo”, “superando las limitaciones de un enfoque meramente representativo”, “que trascienda los mecanismos electorales tradicionales“, “promoviendo una organización basada en la solidaridad y la cooperación”.
Por lo menos a mí me parecen absolutamente claras las aspiraciones de cambio institucional profundo que propone el PC chileno. También me quedan absolutamente claras las obligaciones de todo militante respecto a estos acuerdos. No voy a juzgar, solo mostrar.