Las Finales 2025 de la NBA enfrentan a dos de los equipos de menor edad promedio que hayan definido el campeonato. Por primera vez en dos décadas, los contrincantes al título no pagan impuestos de lujo; es decir, mantienen una nómina sobria. Son dos de los seis equipos que juegan al ritmo más alto y al mismo tiempo poseen dos de las tres tasas de pérdidas de balón más bajas esta temporada.
En resumen, Indiana Pacers y Oklahoma City Thunder son el prototipo de la nueva NBA; con nómina cuidadosa, repletos de talento joven que comparte protagonismo y jugando con prisa, pero sin desperdicio.
Ambos equipos pertenecen a mercados chicos, con una población combinada de 1,8 millones de espectadores. Hay que remontarse a 1955, cuando Syracuse Nationals se midió con Fort Wayne Pistons, para ver un duelo de ciudades tan pequeñas.
En mercados chicos de la NBA se compite con frugalidad (los clubes no invierten mucho en agentes libres), con desarrollo interno (los años de experiencia de sus jugadores deberían contar como años de perro) y la estructura es fundamental (ambos equipos emplean a dos de los mejores y más creativos entrenadores en la NBA; Rick Carlisle por Pacers y Mark Daigneault del Thunder).
Oklahoma City ganó 68 partidos en la temporada regular, sin igual en esta campaña, y aunque perdió la ventaja de la localía en el primer partido, un eventual séptimo duelo lo jugaría en casa. Sus índices ofensivos y defensivos son tan extraordinarios que generaron el margen de victoria más abultado en la historia de la NBA.
Sus defensores son auténticas pirañas, aplicando una presión descomunal sobre la posesión y circulación de balón, y con más de una decena de jugadores entre los mejores defensas en su posición, como el canadiense Lu Dort, el texano Alex Caruso, la estrella Jalen Williams, y el pívot Chet Holmgren.
Indiana contrarresta este personal con un esquema ofensivo coral. Los cinco titulares de Pacers no solo suelen repartirse las anotaciones, sino que cada uno de ellos es capaz de terminar como el líder anotador de su equipo cada noche. Es el equipo que completa la segunda mayor cantidad de pases por partido en la NBA, lo que desgasta y frustra a la defensiva contraria, y además encesta el triple de forma compartida y eficaz. Es una hidra encabezada por Tyrese Haliburton, un armador sin sed de protagonismo, pero que en cierres de partido es un terrorista total para sus rivales, como lo confirmó en el primer partido al anotar la canasta del triunfo.
Oklahoma City sí tiene un cabecilla: el armador canadiense Shai Gilgeous-Alexander, con su enorme capacidad no solo para anotar, sino también para provocar faltas y habilitar a sus compañeros. Su máxima destreza es cómo domina los tiempos y así las defensivas contrarias. No solo es el MVP de la NBA esta temporada, es el Frank Sinatra de la NBA; todo se hace a su manera.
¿Desconocidos? Por el momento. Pacers y Thunder nos ofrecen una ventana a la NBA del futuro. Estas Finales presentan una NBA mejor que la inmediatamente previa.
Álvaro Martín