Señor Director:

El Club de la Unión de Santiago, fundado en 1864, atraviesa por serias dificultades económicas que amenazan con su desaparición, lo que representa una lamentable pérdida patrimonial para nuestra ciudad capital.

Su actual e imponente edificio de Alameda, que data de 1925 y fue obra del arquitecto Alberto Cruz Montt, es considerado uno de los monumentos nacionales más importantes de Santiago, por la belleza y armonía de su estilo francés, conservado impecablemente desde hace un siglo.

Sabemos que la actual administración de este histórico club realiza ingentes esfuerzos para superar este difícil trance, y para ello se ha propuesto ingeniosamente implementar nuevos modelos de negocio en su gestión, con la intención visionaria de transformarlo en un espacio abierto a la comunidad que posibilite el desarrollo de ambiciosos planes y proyectos que permitan albergar grandes y diversas manifestaciones culturales, sociales y artísticas, sin perder su identidad fundacional, lo que nos parece muy novedoso y auspicioso.

Desde estas columnas, nos atrevemos a formular un llamado a los hombres de negocio de este país, y a las personas e instituciones de buena voluntad, a que se sumen generosamente a la tarea de asegurarle una renovada continuidad a este valioso patrimonio de 18.000 m{+2} en pleno centro de la capital (acogiéndose incluso a la Ley de Donaciones Culturales), y con ello permitir que este histórico edificio se erija como el gran faro que ilumine la tan ansiada recuperación de un Santiago deteriorado y decadente, tarea en la que se encuentra empeñado tesoneramente el actual alcalde, don Mario Desbordes.

M. Eugenia Oyarzún; Patricio Guzmán M.;
Carlos Bombal O.; Máximo Honorato A.;
Jaime Ravinet; Joaquín Lavín;
Raúl Alcaíno; Pablo Zalaquett;
Felipe Alessandri
Exalcaldes de Santiago