Señor Director:

En un gobierno de rostro joven, el único romance que inspira ternura y sonrisas evocativas, recordándonos cuando eso le pasaba a uno, surge de dos figuras reales cercanas a la tercera edad: Carolina Tohá y Mario Marcel —los dos pilares centrales del gobierno del Presidente Boric—, quienes se enamoraron mientras, ni más ni menos, sostenían al país. ¡Uyuyuy! Diría ante eso el huaso o la huasa.

Más que una anécdota, es un gesto poético que humaniza la política, algo que ciertos análisis fríos o interesados y un poco latosos parecen olvidar.

Como canta Juan Luis Guerra: “Dejen que suba la bilirrubina”. En un Chile polarizado, necesitamos historias que recuerden que hay emociones que no entienden de edades ni cargos. Ojalá este episodio invite a valorar las conexiones auténticas, incluso en la alta esfera pública, y no solo de pareja, en el interés de todos los chilenos y chilenas de todas las edades.

Sergio Castilla