Señor Director:

Caminar por Valparaíso es una experiencia que mezcla asombro con tristeza. Patrimonio, arte, historia y mar... opacados por abandono, inseguridad y una evidente falta de gestión.

El turismo, que podría ser una vía concreta de recuperación urbana, sigue siendo mal entendido: se mira como un evento, no como una estrategia.

Ciudades como Medellín o Bilbao lograron reinventarse. De contextos complejos —violencia o decadencia industrial— pasaron a convertirse en destinos modelo, gracias a decisiones valientes, inversión en infraestructura, integración social y una narrativa coherente con sus identidades.

En Chile, seguimos mirando el turismo desde el marketing, no desde la planificación urbana, la seguridad, el capital humano ni la dignificación del espacio público. Queremos visitantes, pero no tenemos baños limpios ni señaléticas claras ni barrios cuidados. Lo urgente desplaza a lo importante.

La revitalización urbana a través del turismo no es cosmética. Es una herramienta de desarrollo real. Pero requiere visión, liderazgo y colaboración entre el mundo público, privado y académico.

Una ciudad no debe embellecerse para el turista. Debe ser vivible y querida por su gente. El turismo viene por añadidura.

Álvaro Castilla
Gerente general Hoteles Diego de Almagro