Señor Director:

En julio de 2010 la Corte Suprema chilena confirmó al país que en el año 1974 desde el alto mando del Ejército se dio la orden de asesinar en Buenos Aires al ex comandante en Jefe del Ejército general Carlos Prats González y a su esposa, Sofía Cuthbert Chiarleoni. Los oficiales y civiles a quienes les dieron la orden, atravesaron la frontera y ejecutaron la orden que emanaba del entonces comandante en Jefe, Augusto Pinochet.

La muerte de mis padres era evitable.

Lo mismo sucedió a miles de chilenos, dentro del país y en el extranjero, por órdenes emanadas desde el alto mando de las Fuerzas Armadas y ejecutadas por sus oficiales y civiles que compartieron estas responsabilidades.

Todas estas muertes eran evitables.

María Angélica Prats