Hoy, después de mucho tiempo, la selección nacional tiene un abanico algo más abierto de opciones en su plantel.
Más allá de la discusión sobre la discusión puntual sobre la elección de Ricardo Gareca para los próximos partidos eliminatorios ante Paraguay (en Asunción) y frente a Ecuador (en Santiago) es un hecho que, en esta ocasión, el DT de la Roja tuvo opciones para elegir y no solopara armar algo con lo que se pueda, como ha acontecido en los últimos años desde la declinación de la generación dorada.
Eso es una buena noticia y también una señal de que, descartando un par de casos puntuales, como el del goleador Fernando Zampedri; la hora del retardado recambio ya está llegando, independientemente de si alcance o no para clasificar al próximo Mundial.
Es cosa de analizar no solo desde el punto de vista de los convocados, sino que también de los jugadores que Gareca dejó fuera y que meses atrás habrían sido fijos: el volante Erick Pulgar (titular y figura de Flamengo), Marcelino Núñez (quien ha retomado su buen nivel en Norwich), Bruno Barticciotto (con ocho meses muy buenos en Argentina y México), Williams Alarcón (traspasado este año a Boca Juniors luego de ser figura en Huracán) y Carlos Palacios (esencial en Colo Colo campeón 2024 y llevado como crack también al equipo xeneize).
En esta nómina y quizás por primera vez desde que asumió, Gareca pudo armar el plantel de acuerdo a su gusto y con la idea de, por fin, construir una escuadra que lo interprete. Que acierte o no es un punto a desarrollar tras los próximos partidos. Pero esta vez eligió sus cartas sin el límite de la escasez.
Partiendo de ese principio, la expectativa es ver qué es lo que expondrá Chile ante paraguayos y ecuatorianos en términos tácticos, y esencialmente estratégicos.
Hay algunos indicios.
En el arco le puso presión a Bryan Cortés, aún titular, pero con un presente lleno de dudas. Que el DT haya nominado a Gabriel Castellón -el mejor portero del torneo 2024- y no al joven Vicente Reyes encierra un mensaje: Cortés ahora sí tiene competencia.
La cantidad de zagueros centrales (cuatro) especialistas y las características de los laterales nominados también indican algo: Gareca puede modificar el esquema de cuatro a tres o de cuatro a cinco defensores en cualquier momento.
En el medio llama la atención que, salvo Esteban Pavez, no haya incluido ningún otro volante central genuino, recuperador y con opción permanente de meterse entre sus centrales. Todos los demás son mixtos: Echeverría, Pizarro, Aránguiz y Vidal, y hay uno que es “enganche” neto (Cabral). ¿Quiere Gareca conformar un circuito de juego en la zona media para dejar a lo más a uno o dos atacantes netos? Pareciera porque si se agregan Osorio, Sánchez, Aravena, Valdés y Cepeda, que son nominalmente delanteros en la lista pero que transitan mucho por la zona de volantes (por dentro algunos, por fuera otros), es posible pensar que Vargas o Zampedri -juntos o en solitario- serán los únicos referentes de área.
¿Será tan así? ¿Estaremos escuchando y leyendo bien lo que dice la nómina de la Roja?Veamos. Gareca ahora sí quiere decir algo.