Directiva del partido XYZ:

Me animo a escribirles esta carta, pues tengo una oferta que puede interesarles. He observado con preocupación que desde sus filas nadie aún se ha puesto la capa de precandidata(o) a la Presidencia de la República. Es un hecho raro, considerando la inflación de nombres que se observa. Y ojo, el tiempo corre en vuestra contra, abril está a la vuelta de la esquina y ya hay algunos con ventaja. Como uno de los 23 partidos oficialmente constituidos, sería impensado que no cuenten con un representante que dé la pelea por sus ideas. Por mi parte, estoy como un perro sin su árbol. Me pongo a sus órdenes para ser el candidato de XYZ.

Ahora, reconozco que no tengo muy claro qué es lo que ustedes plantean, pero no veo el drama. Con más partidos que dedos de manos y pies juntos, la gente ya no puede registrar las diferencias. ¿Cuál es el contraste entre el Partido Humanista y el Partido Acción Humanista? Exacto. La política es hoy marketing, frase para el bronce, matinal, TikTok, mocha nivel vereda. Y como siempre quise ser youtuber, en eso me he fogueado.

Probablemente ustedes tampoco conocen mi visión del futuro de Chile. Nuevamente, seamos realistas: poco vamos a hablar de contenidos programáticos durante la elección que se avecina. Los mamotretos se tiraron a la basura por ahí por 2013, justo cuando comenzamos este mágico período en donde todo puede ser posible. ¿Exagero? No olvide que ni siquiera es necesario estar en Chile para sacar votos. Ni García Márquez se atrevió a tanto.

Y si realmente quieren saber mis convicciones, voy a invocar a un crack del fútbol chileno, el rey del metro cuadrado, que una vez dijo: “No tengo por qué estar de acuerdo con lo que pienso”. Y es que, fíjense, yo soy un poquito así. Un día creo que el crecimiento es bueno, otro me despierto y creo que es malo. Siento que me carga la desigualdad, pero no me imagino tomando micro. Me inspiro cuando veo a los ricos luciendo que pueden enviar a sus hijos al colegio caminando, pero igual me gustaría que esos colegios cerraran por mercantilizar la educación. Es complicada la sociedad chilena. Esas contradicciones las deben tener todos y todas. ¡Yo quiero representarlos!

A estas alturas ya debería serles obvio el potencial que tengo como candidato. Tengo las ganas y los dedos para el piano. Pero si imagínense que en este país los que hasta hace poco querían eliminar el Simce por nefasto, ahora se alegran de sus resultados. Les aviso además que llevo meses en el gimnasio y las calugas comienzan a florecer. Trabajando duro para estar a la altura de las circunstancias.

El momento es ahora. La polarización, las redes sociales, nuestras reglas electorales y el modelo de financiamiento de la política brindan, a ustedes y a su humilde servidor, una oportunidad única. Siempre pensé que la frase de Woody Allen en ese clásico que es Annie Hall —“Yo nunca sería parte de un club que permitiese que una persona como yo fuese miembro”— era exagerada. Solo les pido la oportunidad. No se van a arrepentir. Contribuyamos al país juntos.

Atentamente, el líder que les falta.