No se pueden sacar conclusiones definitivas del estado competitivo de un plantel cuando recién se está viviendo un período de ajustes tanto físico como futbolístico.

De hecho, el período de pretemporada que realiza un deportista y, por extensión, un equipo, de acuerdo a la visión de los expertos, sirve para “establecer bases para que ellas se desarrollen y brinden frutos en el período de competencia”, por lo que pretender que se logren los máximos rendimientos durante este período no solo es irreal sino que evidentemente equívoco.

En esta fase de preparación, parece mejor descubrir debilidades —para trabajar en ellas— que llegar a peaks de rendimientos que pueden incluso estar distorsionados.

Entendiendo esto es que se pueden hacer algunas consideraciones de lo que han mostrado hasta el momento los equipos “grandes” en sus procesos de preparación futbolística, más allá que ninguno ha tenido a disposición a la totalidad de los jugadores.

Como aspecto general hay que recalcar que tanto Colo Colo como Universidad de Chile y Universidad Católica iniciaron su período de ajuste futbolístico con partidos amistosos donde sus jugadores mostraron claramente los efectos de las cargas físicas que acumularon en sus primeras semanas de trabajo de pretemporada.

Pero lo interesante es que los tres equipos optaron por diferentes vías para ir ajustando y equilibrando lo físico con lo futbolístico.

Y es que mientras la U fue gradualmente aumentando la exigencia (empezó jugando con Coquimbo Unido, siguió con Godoy Cruz, y terminó enfrentando a River Plate), Colo Colo y la UC eligieron ponerse exigencias parejas de acuerdo a sus próximas realidades competitivas internacionales. Así, los albos, que jugarán en la fase de grupos de la Copa Libertadores, enfrentaron a escuadras que están en su mismo target (Peñarol, Huracán y Racing) mientras que la UC, que enfrentará la Copa Sudamericana, midió fuerzas con equipos de segunda línea competitiva del continente (Unión de de Santa Fe, Atlético Tucumán y Sporting Cristal).

Por cierto que, con esta perspectiva, se pueden sacar mejores conclusiones y tener más claras las listas de pendientes.

Hay ya algunas pistas. Veamos tres de ellas.

Primero, las tres escuadras analizadas tienen definida de una manera más o menos clara cómo quieren jugar. Hay una propuesta de parte de sus DT (Almirón, Álvarez y Nunes) que, con algunas deficiencias lógicas en sus respectivas puestas en escena por los irregulares rendimientos individuales, es fácil de detectar.

En segundo lugar, tanto Colo Colo como la U y la UC no están aún ajustados en sus sistemas defensivos. No es raro. Los tres quieren jugar con línea de tres o cinco y llegar a la eficiencia en esa idea requiere no solo de buenos jugadores, sino que de perfecta coordinación.

Finalmente, es un hecho que a los tres “grandes” les falta trabajo específico, labor fina, detalles para que no les conviertan goles por dejar mano a mano a los rivales (Colo Colo ante Racing), o por no despejar cuando corresponde y dejar una segunda jugada al adversario (la UC frente a Cristal), o alegar por tonterías, ganarse una tarjeta roja y dejar al equipo expuesto (como la U ante River).

Claro, parece que hay muchos pendientes.

Pero no es raro. A no asustarse. Es pretemporada.