Cosas del fútbol chileno. En paralelo a la final de la Copa Libertadores, Magallanes y Deportes Limache protagonizaban una de las semifinales por el segundo ascenso a primera división. Luego coincidieron en el horario la llave de Rangers y Deportes Recoleta y el partido de las selecciones femeninas de Chile y Uruguay en Valparaíso.
Conocemos los imponderables a la hora de organizar y calendarizar, pero en esta ocasión no era un despropósito hacer un esfuerzo para evitar los choques programáticos.
Tal como se presagiaba, los cruces en la semifinal de la B resultaron cerrados. Magallanes y Deportes Limache era una serie pareja, a pesar de que los carabeleros disponían de un plantel más extenso. A lo largo de la temporada jugaron cuatro veces y siempre empataron. El sábado, en San Bernardo, los penales resolvieron el pleito en favor del cuadro de Víctor Rivero.
Gran mérito de Limache. Remontó el golazo inicial de Manuel Vicuña con el orden que mantuvo casi todo el año. En el fútbol no existen las recetas absolutas, pero cuando un club invierte en la conformación de un plantel, lo más probable es que se acerque al cumplimiento de sus objetivos. Rivero armó una columna vertebral con jugadores argentinos de recorrido.
En el arco trajo a Milton Álvarez, quien perdió el puesto con Matías Bórquez. Los centrales Rodrigo Moreira y Gonzalo Paz fueron firmes, con el trajín del volante Facundo Juárez y la presencia de Nelson da Silva en el ataque, que el sábado totalizó 17 goles. Ellos se unieron a Felipe Fritz, Álvaro Césped, Felipe Flores, Daniel Castro, Alonso Rodríguez y Gabriel Pinto. El técnico Rivero construyó un conjunto laborioso y explosivo. Limache sueña y no tiene presiones.
Rangers, su rival de la final, vive la cara opuesta. Bajó hace una década y su gente, a pesar de las frustraciones, casi siempre lo acompañó. En la noche sabatina llegaron 12 mil hinchas al Fiscal de Talca para el empate 0-0 con Recoleta. Sufrieron con el penal que Ignacio Sáez atajó a Gustavo Gotti, y sobre el cierre, la escuadra de Luis Landeros estuvo a un paso del gol que forzaba los penales.
Emiliano Astorga, zorro viejo en estas batallas, jugó con el marcador del duelo de la ida en La Pintana. El 1-0, con un polémico gol anulado al recoletano Oscar Salinas, marcó el trámite de la revancha. El exzaguero central ascendió a Cobreloa el año pasado y ahora tiene la posibilidad de retornar a los piducanos.
No siempre el cambio de técnico levanta el rendimiento. Los dirigentes rojinegros sacaron a Juan José Luvera y llevaron a Astorga luego de su partida de Calama. En la cancha, Rangers es un equipo de Astorga. Un mérito, porque no es fácil plasmar el estilo del entrenador. Hubo un alza notoria en la seguridad defensiva, con el oficio del arquero Gastón Rodríguez y la regularidad de Bastián San Juan, quien subió con Cobreloa. El ida y vuelta de Alejandro Márquez, la zurda clara de Mauro González y el contagio de Gotti son el argumento de los rojinegros.
Lo más probable es que mañana Rangers lleve mucha gente a La Calera, en la final de ida. En la vuelta, el Fiscal se llenará como en los tiempos de Orlando Aravena. Hermosa clausura para un torneo que siempre responde.