El Día de la Madre se celebra en Chile el 10 de mayo. Eso, siempre que calce con un sábado o un domingo. Este 2024 “cayó” en día viernes, de modo que se celebró el domingo 12. Y no es el único día de las madres que celebramos en Chile. Hay otro, que no es “oficial”, tema que no corresponde a esta columna.
En Argentina la fecha es otra y se estableció hace muchos años: es el tercer domingo de octubre. Este 2014 fue el domingo 20 de octubre. Recién. En Chile coincidió con la 28ª fecha del campeonato de primera división.
Ricardo Gareca decidió viajar a Argentina a celebrar a su madre. Y se perdió una fecha decisiva de nuestro fútbol. Alguien se enojó por eso: Gonzalo Jara, campeón de la Copa América 2015 y 2016, convertido en comentarista, estimó que, “desde mi punto de vista, no es el momento para que el entrenador de la Selección se vaya a su país. Hay cosas para ir a ver, hoy el clásico, mañana Colo Colo”.
Pero Gareca fue a Buenos Aires y no vio esos partidos, a pesar de que la historia cuenta que a su mamá no le gustaba que quisiera dedicarse al fútbol y era su padre, hincha de Vélez, quien lo alentaba.
Obviamente, el DT del seleccionado podrá ver esos encuentros en grabaciones de video, como tantos que los vimos por la tele, incluso, tal vez, Gonzalo Jara. ¿Le servirá de algo al entrenador? Seguramente, porque los técnicos siempre encuentran algo útil para su proyecto personal.
Lo del clásico universitario ofreció la confirmación de la superioridad de la U. La Católica logró desorientar a los azules en el primer tiempo jugándoles de chico a grande, apretándoles la salida, botándoles todos los dientes a sus engranajes de armado. Nunca pudo armar la U su juego normal y era sorprendida con la velocidad de Tapia y la presencia siempre inquietante de Zampedri, que abrió la cuenta superando su récord de goleador histórico del club.
Pero en el segundo tiempo la U recuperó su juego habitual con el rearme de su mediocampo, con Charles Aránguiz como figura relevante, y ya no fue lo mismo para los cruzados, que perdieron la pelota (en rigor, nunca la tuvieron) y el ánimo, sucumbiendo en todos los terrenos.
Tal como su escolta, Colo Colo partió perdiendo con un error no imaginable en Brayan Cortés y siguió perdiendo, esta vez 2-1, con gol de Ariel Martínez. Pero también los albos son insuperables para casi todos sus rivales. Desde la banca de suplentes brincó Marcos Bolados para marcar un golazo y protagonizar la jugada le permitió a Carlos Palacios marcar de penal y cerrar el marcador con un triunfo importantísimo.
Eso pasó en el fin de semana. Gareca no lo vio y volverán a surgir voces exigiendo su despido. ¿Aguantará la presión? Seguro que sí, aunque es el estrés lo que lo mantiene flaco. Y, tal vez, con el cuero duro. Eso se desprende de una entrevista en la que dijo:
“Mi carrera deportiva tuvo mucho de todo: muchos aplausos, muchos goles y muchos insultos. Logré que se pusieran de acuerdo los hinchas de Boca y de River: que me putearan los dos. También me silbaron en mi debut con la Selección. Yo creo que, de haberme tocado otra época en Boca, podría haber sido uno de los ídolos más importantes. Igual, hay cosas que a uno lo terminan haciendo más fuerte; para mí, todas las experiencias sirven y a través de los años uno se va curtiendo”.