Señor Director:

En el contexto actual, todos estamos preocupados por las consecuencias del crimen organizado, el comercio informal y los mercados ilegales. Esta preocupación y la búsqueda de soluciones son responsabilidad de todos, incluido el Sernac.

Como sociedad, debemos tomar medidas para proteger al comercio formal. Esto no solo implica preferir este tipo de comercio frente a los mercados informales, sino también evitar que, bajo la cobertura del comercio formal, se vendan productos ilícitos, falsificados o se cometan otros delitos.

El Sernac, dentro de sus atribuciones, ha solicitado información a un mall capitalino para conocer las medidas que toma para prevenir que sus locatarios incurran en acciones ilegales —como la venta de joyas falsificadas—, prácticas que afectan a consumidores que compran de buena fe en estos espacios.

Es sorprendente que, en un caso de esta relevancia, se considere que la acción del Sernac implique “echarle la culpa al empedrado” o que “se les pasó la mano”, como sugirió la presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago.

¿No es razonable exigir que un mall, como proveedor y que se promociona como un espacio familiar con una “experiencia de compra sobresaliente”, informe las medidas que toma para mitigar riesgos de actos ilegales por parte de sus locatarios? Creemos que sí, especialmente cuando la exigencia proviene de un servicio cuyo mandato es proteger a los consumidores.

Es evidente que el mall no comete estos delitos, sino quienes participan en la venta de productos falsificados, que son los que deben responder por ello. Sin embargo, los malls, como proveedores profesionales que gestionan un espacio que atrae a miles de personas, deben tomar medidas para prevenir hechos ilícitos en su interior y proteger a los asistentes que les visitan.

El Estado, a través de la PDI, ha actuado en este caso al detectar la falsificación, al igual que el Sernac, cumpliendo con su mandato legal, oficiando al proveedor que albergó a dicha tienda. Con todo, se requiere que exista colaboración público-privada para avanzar en este tema, para lo cual siempre estamos disponibles como servicio.

Sin la responsabilidad y el compromiso de actores públicos y privados, la confianza de los consumidores en las instituciones y en el comercio formal seguirá mermándose.

Andrés Herrera Troncoso
Director del Servicio Nacional del Consumidor