P asaron las Fiestas Patrias. Las más largas. Más de una semana de jolgorio, chicha, chancho, lluvia de curagüillas a pie y al volante. Diez días para unos y menos para otros, dependiendo de los irrenunciables y los renunciables.
Para el fútbol, el excelente partido de Colo Colo para empatarle en el Monumental al River Plate del Más Monumental. Y gran partido de Arturo Vidal, para agregar una preocupación a Gareca, que debe estar estudiando lo que dirá y hará, tal como Milad estudia lo que dirá después de la ya lejana derrota con Bolivia en casa.
Esto es ahora, en 2024. ¿Y antes, jugaba la selección en los días de las fiestas, 18 y 19? No mucho, pero jugaba.
La primera vez fue en 1954, un año negro para la Roja. El año anterior había sido un gran protagonista del sudamericano de Lima, con “Paco” Molina de goleador del torneo. Pero luego, en las clasificatorias para el Mundial de Suiza, quedábamos fuera en partidos con Paraguay y Brasil. Solo le quedaba una oportunidad de cerrar bien el año: la Copa del Pacífico, con Perú, en Chile. Ganó el primero 2 a 1 el 17 de septiembre, pero perdió 2-4 el Día de las Glorias del Ejército.
Y anote que en los partidos el equipo chileno fue dirigido “por un grupo de dirigentes”. O sea que hace medio siglo y más, ya jugaba la estupidez, aunque no de forma permanente como ahora.
Un año más tarde, el fútbol dieciochero se produjo exactamente el 18 de septiembre con el empate a 1 con Brasil, en Río, por la Copa O'Higgins. Este sí que fue un buen año para el seleccionado, primero porque rasguñó el título en el Sudamericano de Santiago, el de la gran tragedia de la final con Argentina, y luego por la conquista del primer gol chileno en el Maracaná. Autor: Jaime Ramírez, en un partido que fue el debut de Leonel Sánchez. ¿Se podría pedir algo más?
En 1957, segunda versión de la Copa O'Higgins, ahora en Santiago. El 18 de septiembre, 1-1 con los brasileños. Pero era un año historiado. En el Sudamericano de Lima una indisciplina grave implicó castigos para casi todos los seleccionados. Los jugadores echaron de menos la mano patriarcal de Luis Tirado y se aprovecharon del estilo bonachón de José Salerno en la banca. Eso sucedió en el fondo del asunto.
Antes, luego del Sudamericano del bochorno, las clasificatorias al Mundial: Chile penúltimo. Lo único positivo sería el empate de las Fiestas Patrias.
Pasaron 10 años antes de ver al seleccionado en días patrios, aunque este 0-1 ante Brasil del 19 de septiembre de 1967 fue un amistoso. Pero se perdió por poco.
Lo último es de 1980, el 18 de septiembre. ¿Se acuerda o se lo contaron? Es el 2-2 con Argentina en Mendoza, con ese inolvidable gol de Sandrino Castec. Una chilena perfecta.
Y nunca más ha jugado la Roja en días del “18”. Pero el siglo XXI lleva solo un cuarto de su recorrido. ¿Habrá más?