Vienen días intensos. En la Copa Libertadores, Colo Colo busca los cuartos de final frente a Junior en Barranquilla. Llega con una victoria estrecha, pero justa. El 1-0 en el Monumental habló de un cuadro maduro, que disputó el partido que correspondía ante un rival que también entendió que la llave es de 180 minutos.
No le salió mal la jugada a Jorge Almirón. Empató en el clásico con Universidad de Chile, superó a los colombianos y venció con una mayoría de suplentes a Coquimbo Unido el viernes en Macul. Por ahora, gracias a su amplio plantel se mantiene expectante en la Libertadores, en el torneo local y en la Copa Chile. Está pendiente la visita a Huachipato, que le otorga una carta extra en la baraja en la lucha por el título.
No tan alentador es el panorama de Palestino en la Copa Sudamericana, donde regaló el triunfo ante Independiente Medellín. Una fiesta extraordinaria la vivida en el Estadio Nacional, con el público futbolero que acompañó a los árabes. El desierto de La Cisterna se transformó en un vergel en Ñuñoa gracias los precios populares. Está empinada la tarea en Colombia, pero los pupilos de Lucas Bovaglio dieron claras muestras de suficiencia durante este 2024.
En la decisión tricolor de llevar el máximo de público posible, a pesar de la incompetencia de su jefe de seguridad, Daniel Gangas, hay un gran principio: entender que el fútbol es un deporte que necesita de la gente para que la fiesta sea completa. Muy diferente a la política implementada por Huachipato en el mismo torneo. Victoriano Cerda, el controlador acerero, puso precios fuera de la realidad en la derrota con Racing, en Sausalito.
En lugar de invitar a los hinchas de Viña del Mar, Valparaíso y de todas las ciudades que conforman el cordón de comunas de la región, Cerda y sus socios prefirieron tribunas desiertas. En este caso, el fútbol es la excusa para incursionar en un negocio grande, que genera contactos y oportunidades. La pelota no les interesa, porque en definitiva son gente que llegó a esta actividad sin historias de tablón.
En la cancha, la zurda de Vicente Pizarro en el 1-0 sobre Junior demostró que el volante de Colo Colo crece. En la mayor exigencia en este continente a nivel de clubes, resultó un factor determinante en una noche tensa, pero con final feliz. En Palestino, Iván Román, quien cumplió 18 años en julio, es una gran noticia. El zaguero central es la principal aparición del fútbol chileno en la actual temporada. Agresivo y explosivo, dispone de amplios atributos técnicos para salir con la pelota corta o larga, más un respetable juego aéreo. Su velocidad facilita la presión, porque permite defender más lejos del arco.
La presencia de Román en la oncena titular de Palestino ratifica que cuando los futbolistas son buenos, juegan por eso y no por una regla. Pablo “Vitamina” Sánchez y Bovaglio le dieron la titularidad sin mirar el carné de identidad. Simplemente vieron un defensor de futuro insospechado, que de una u otra manera, en estos tiempos de pobreza, nos invita a creer que siempre es posible ser optimistas.
En el cierre, la citación de Javier Altamirano en Estudiantes de la Plata en la visita a Atlético Tucumán alegra a todos. Después del drama, vuelve a sonreír.