Señor Director:

Resulta sorprendente la crudeza con la que Carlos Peña González ha tratado a la figura histórica de Juan de Dios Vial Larraín. En contraste, la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile ha rendido sonoros homenajes a la memoria de Antonio Bascuñán Valdés, exdecano designado por Pinochet. Del mismo modo, se publicó un extenso volumen con artículos de sus discípulos que tributaron a su maestro.

De manera institucional, nunca se ha investigado sobre los profesores exonerados, los abusos de autoridad ni las falsedades promovidas por Bascuñán y su entorno. Al morir, sus discípulos silenciaron los hechos ocurridos entre 1974 y 1976, evitando responder preguntas y “funando” a cualquiera que los cuestionase acerca de la materia. Los expedientes de exoneración están “extraviados”, el actual decano está “aburrido de leseras” y su cohorte de asalariados se ocupa de cancelar a los preguntones.

En mayo de 2024, publiqué un libro con detalles inéditos sobre estos asuntos, cuya aparición trajo como consecuencia mi exoneración de la Universidad de Chile.

Nunca he leído a Carlos Peña, mi excolega en la Facultad, referirse a estos asuntos.

En nítido contraste, prefiere azotar a la figura de Juan de Dios Vial, en cuyo rectorado (1987-1990) no se registró ninguna exoneración documentada.

Renato Garin González