Lo dijo, con su certeza habitual, el maestro Edgardo Marín en su momento: “Desde que aparecieron los laterales-volantes en el fútbol moderno, en Chile ya no tenemos ni laterales ni volantes”.
La sentencia en sí misma encierra una verdad evidente y es que, por estos lados, los cambios técnicos se introducen más por moda que por análisis y convicción. Por eso es que, salvo excepciones muy marcadas, los equipos nacionales terminan siendo la conjunción inorgánica de jugadores tratando de cumplir funciones poco explicadas y nada entendidas. Y así, es difícil pensar en competir.
Volvamos a lo de los laterales.
De acuerdo a lo que ya han anotado observadores técnicos tanto de la UEFA como de otras partes del mundo, si algo ha llamado la atención en la Eurocopa 2024 ha sido la transformación que han tenido los laterales en la alta competencia.
Y es que, a diferencia de lo que pasaba tradicionalmente, hoy no solo las funciones, sino que también las formas han cambiado en el accionar de aquellos defensores que actúan por ambas bandas.
De hecho, ya se puede hablar de dos tipos de laterales: los que se sitúan más alto y se transforman en verdaderos socios de los atacantes como extremos, y los que se quedan en la última línea transformándose en terceros zagueros.
Entre los primeros, sin duda, están el español Marc Cucurella y el francés Theo Hernández.
Cucurella es un verdadero instrumento de ensamble con Nico Wiliams. Como este es diestro, tiende a hacer diagonales, dejando así al jugador perteneciente a Chelsea como real puntero para centrar con la zurda.
Lo mismo pasa con Hernández, pero en una forma más pura. Siendo lateral, él es el dueño absoluto de la banda izquierda, pues Francia no tiene extremo definido porque quien nominalmente va por la punta en el ataque, Kylian Mbappé, tiende a centralizarse e incluso a cambiar de perfil.
En la otra vereda, es decir, la de los laterales que se insertan en la línea de zagueros, los casos más claros son los que mostraron Italia e Inglaterra, tal como se explicó en un interesante artículo en el diario argentino Olé.
En la Squadra Azzura, el lateral derecho Giovanni di Lorenzo completaba la zaga con Alessandro Bastoni y Ricardo Calafiori, dejando así suelto para el ataque al lateral izquierdo a Federico Dimarco. En el equipo inglés, en tanto, Kyle Walker, tal como lo hace en Manchester City, se mantiene en posiciones defensivas a diferencia de su compañero Kieran Trippier.
Es cierto: en Chile hay entrenadores que por circunstancias muy específicas utilizan laterales de distintas características y también hay jugadores que, siendo laterales o zagueros centrales, se convierten en uno u otro.
Pero eso parece ser más experimentación por falta de recursos que verdadera convicción técnica.
Sería bueno cambiar la fórmula y ponerse a ver lo que está pasando en el mundo para que no nos sigamos quedando atrás en el tren de la evolución.