Solo en 60 comunas del país se realizaron primarias el pasado domingo. Entre estas, en 45 compitió el oficialismo, en 20 Chile Vamos y en una el Partido Social Cristiano. La participación fue más elevada que en 2020 y en 2016, pero aun así alcanzó a solo un 6,2 por ciento del padrón habilitado. En el caso de gobernadores, solamente hubo primarias en Coquimbo y Aysén, y solo para definir los candidatos de Chile Vamos. Es difícil intentar conclusiones definitivas a partir de estos resultados, pero algunos aspectos emergen.

Desde luego, más allá de que no es un instrumento de aplicación general, este mecanismo constituye un aporte para dilucidar candidaturas en situaciones específicas. Por ejemplo, en Valparaíso, donde la decisión del alcalde titular de no presentarse a la reelección abrió un nuevo escenario para la izquierda, la primaria resolvió una disputa que pudo haber generado fuertes tensiones en el oficialismo. Algo similar se puede decir respecto de la oposición en el caso de La Florida o Lo Barnechea, donde el alcalde titular no podía o no quería ir a la reelección, respectivamente. Por supuesto, el mecanismo no es perfecto. Si un aspirante se excluye y apuesta a ir “por fuera”, como ocurrió en Puente Alto, la primaria no resuelve las tensiones, pero la opción de quien se restó de competir probablemente pierda legitimidad. Más todavía si, como pasó en este caso, la ganadora de la primaria obtuvo una elevada votación. Estos ejemplos también muestran la importancia que tienen los alcaldes titulares, particularmente si son personajes nacionales, en la posibilidad de que sus candidatos preferidos se impongan. Quizás una excepción fue Peñalolén, donde el candidato elegido por la alcaldesa saliente no logró ganar, pero lo afectaba no tener apoyo partidario y enfrentarse contra quien en la municipal pasada estuvo a punto de arrebatarle el triunfo a dicha edil.

Salvo el caso de esta comuna —explicado, tal vez, por el antecedente del candidato que triunfó en las primarias del oficialismo—, es interesante comprobar que en todos los demás municipios donde se realizaron simultáneamente primarias de ambas coaliciones, fue la oposición la que tuvo mayor capacidad de convocar votantes a las urnas. En particular, RN, que parece haberse visto favorecida frente a la UDI, partido este evidentemente afectado por el surgimiento del P. Republicano. Es posible que esa mayor convocatoria sea consecuencia de las mejores perspectivas con que la oposición enfrenta el proceso eleccionario de octubre, lo cual, a su vez, se explica por la mala evaluación que existe del Gobierno y por la ausencia de liderazgos fuertes que respalden a sus candidatos. La situación en la oposición es la contraria. Posee un conjunto de liderazgos atractivos, incluyendo alcaldes que no pueden presentarse a la reelección y que son figuras nacionales bien evaluadas. Por ello, si Chile Vamos logra tener un grado razonable de omisión y acuerda niveles mínimos de coordinación con los republicanos y eventualmente con Demócratas y Amarillos, los candidatos oficialistas pueden vivir un complejo 27 de octubre.

Si bien el resultado entre las dos grandes corrientes del oficialismo en las 45 comunas en las que compitieron parece bastante equilibrado, en los municipios más grandes tendió a favorecer a los representantes de Apruebo Dignidad, con excepciones como Puente Alto y Talcahuano, donde se impuso el postulante del PS. En un escenario de voto obligatorio, donde los electores marginales parecen optar por posiciones más bien moderadas, aquello puede no ser la mejor noticia para la coalición de gobierno. En la misma línea, el resultado para la Democracia Cristiana fue complejo: logró solo tres candidatos en las 19 primarias en las que participó. Es cierto que su desempeño en la elección pasada fue positivo y lleva un conjunto relevante de alcaldes a la reelección. Con todo, en un momento de vacío político en el centro, este resultado anticipa un difícil escenario para esa colectividad en octubre, y más aún si la oposición logra efectivamente coordinarse con eficacia. Pero, por lo mismo, al estar esas interrogantes aún abiertas, si bien se pueden extraer algunas conclusiones preliminares de los resultados del domingo, las distintas coaliciones tienen aún mucho espacio para definiciones estratégicas antes de la elección próxima.