Son días importantes para el periodismo deportivo nacional. Cristian Arcos ganó el premioAIPS Awards, en la modalidad audio, con el trabajo “Colo Colo 73: 50 años de un equipo inolvidable”, que se emitió a través de radio ADN. Un reconocimiento para un colega que nunca abandona el reporteo, que se formó en la sección deportes de “El Mercurio” y no dudó en renunciar cuando, estando en otro medio, le modificaron su despacho como enviado especial.
Arcos, quien se define como curicano y liceano, por su formación en el “Luis Cruz Martínez”, incursionó en todas las plataformas. Hace algo más de un lustro, cuando una directora de prensa lo despidió de la jefatura de la sección deportes de Chilevisión, se enteró de una cualidad que para su superiora resultaba un defecto: “Eres muy piola”, le dijo al momento de entregarle el sobre azul. Claro, Arcos no vociferaba y tampoco era riflero. En definitiva, no le gustaba que fuera serio, honesto intelectualmente y con gran capacidad de trabajo.
El tiempo pone las cosas en su lugar y Cristian Arcos recibe el mayor galardón al que se puede aspirar en el periodismo de deportes. Un logro que resalta el nivel de nuestra profesión, verificado además por el protagonismo que consiguieron en este concurso Esteban Abarzúa y César Campos (LUN), Antonio Valencia (El Mercurio) y Miguel Vergara (32 Cascos Content Lab).
No todo es felicidad. La formalización de nueve jugadores de Cobreloa, acusados de violación y abuso sexual a una joven en la casa que alberga a los futbolistas de la institución, ofreció la peor cara de la actividad. Desde septiembre de 2021, cuando ocurrieron los hechos investigados, se instaló un velo para desconocer lo que era un secreto a voces en Calama. Algunos medios locales iniciaron las denuncias, pero éstas quedaron circunscritas a la ciudad. De manera paulatina los antecedentes rebotaron en radios y canales de televisión de Santiago, con la presencia de parlamentarios que tomaron el tema como una bandera.
Cumplieron con su deber los diputados, que pusieron el caso ante la Comisión Nacional de Arbitraje Deportivo, instancia creada por ley. En todo este proceso, Cobreloa exhibió ineptitud y carencia de voluntad para aclarar una situación que desde el principio asomaba como delito. En vez deencabezar la búsqueda de la verdad judicial, prefirieron un camino zigzagueante. La declaración del abogado Ciro Colombara, publicada por este diario en su edición del viernes, es a lo menos poco feliz.
En la misma línea, la ANFP mostró su incapacidad para liderar la investigación. El directorio observó, pero no apuntó a dar la señal que la sociedad chilena esperaba en la medida que se conocían los detalles de esta historia escabrosa, que le arruinó la vida a una joven. Se esperaba la voz de la oficina de integridad de Quilín, en una causa que crecía como bola de nieve e involucraba a uno de sus asociados. No son comparables, de ninguna manera, los hechos investigados con la suplantación en una prueba de PCR del entonces arquero de Unión La Calera, Alexis Martín Arias. Sin embargo,el directorio vuelve a morir de nada. En el caso de Arias, con los datos de la fiscalía, no avanzó en lo que correspondía: solicitar la expulsión o desafiliación de los cementeros.