Señor Director:

Hace un año se inició la discusión del proyecto de Transición Energética que modifica la Ley de Servicios Eléctricos (LGSE). Este busca alcanzar la carbono neutralidad en 2050, asignando a la transmisión eléctrica un rol habilitante en ese cometido, generando amplios polos de desarrollo y fortaleciendo un sistema altamente renovable. Además, promueve inversión en almacenamiento de energía en la red de transmisión, lo que hace viable económicamente las Energías Renovables No Convencionales (ERNC).

Por ello, debe existir especial cuidado en la importancia de la independencia y neutralidad de la transmisión frente a los agentes del mercado; generadoras, distribuidoras y clientes finales, manteniendo un mercado competitivo, limitando la integración vertical, lo que hasta aquí se mantiene.

Dicho esto, resulta curiosa la discusión producida en los últimos días en la comisión de Minería y Energía del Senado, sobre la que es necesario detenerse. Ella permitiría la integración vertical, entre otros efectos. Esto contradice el sentido de la actual legislación, poniendo en riesgo la independencia de la transmisión respecto de la distribución. Coincidentemente, ello ocurre al momento de venta en la principal empresa transmisora nacional y donde existe la posibilidad de compra por capitales chinos.

De prosperar, China podría conseguir el control de la transmisión, lo que sumaría a la posición mayoritaria que ya detenta en materia de distribución. Tanto la posible compradora en materia de transmisión y las que ya tienen en distribución, son controladas por el gobierno chino a través de State-owned Assets Supervision and Administration Comission, (Sasac).

Se trata ya no solo de un problema de mercado, sino estratégico, que facilitaría que una potencia extranjera consiga el control integrado del sistema de transmisión-distribución eléctrico, lo que desde hace años se ha buscado evitar. Otros países del mundo han resuelto la inversión extranjera en sectores estratégicos. Chile debe pensar en el largo plazo, ese es el llamado.

José Gabriel Alemparte Mery
Abogado