Los primeros años de esta segunda década de los años 2000 han sido especialmente intensos para nuestro país: enfrentar una pandemia mundial, dos procesos constituyentes que no convencieron a la ciudadanía, un alto flujo migratorio y evidentes cambios en los retos que enfrenta hoy la seguridad pública, entre otros asuntos que están dibujando un nuevo mapa para Chile. En todos estos procesos, la Encuesta Bicentenario UC ha aportado en la detección de las urgencias y anhelos de la sociedad chilena y ha instalado temas relevantes que nos permiten, desde la universidad, aportar al diálogo social.
Este estudio, liderado por el Centro de Políticas Públicas UC, se gestó en el año 2006, con miras a conocer las grandes tendencias de la sociedad de cara al bicentenario de la República. Tras 18 años, la riqueza de los datos acumulados permite responder a muchas de las preguntas respecto de cómo somos, cuáles son nuestros anhelos y expectativas y cómo estos resultados han ido variando o no en el tiempo. Más que una fotografía, podemos decir que han sido una película por revelar los cambios en la sociedad chilena.
Dada su permanencia, su cuidada metodología y sus resultados consistentes, basados en una muestra de más de mil 500 casos a nivel nacional, podemos decir que la Encuesta Bicentenario UC se ha consolidado como un termómetro claro y concreto de los desafíos que se nos imponen hoy.
Son justamente esos desafíos los que se hacen evidentes en esta última versión, cuyos resultados revelan especiales preocupaciones respecto de la migración y algunas de sus consecuencias para el país, sumado al aumento de la violencia y el notorio cambio en sus formas, muy distintas a las que enfrentábamos en el comienzo de este siglo. A esto se suma la sostenida tendencia por todos estos años a ver el futuro con pesimismo (la casa propia, una realidad cada vez más lejana), con expectativas cada vez más bajas y una sensación de conflicto permanente, esta vez asociado a la relación entre el pueblo mapuche y el Estado chileno y entre la derecha y la izquierda (ambos con un 82% de respuesta), seguidos por el conflicto entre el Gobierno y la oposición y entre chilenos e inmigrantes.
A la preocupación por la violencia se suman los temores que afectan a la ciudadanía, aspectos relevados en versiones anteriores. Hoy, las principales aprensiones en esta materia tienen que ver con aquellas relacionadas con la seguridad, como caminar solo(a) en la noche por su barrio. Estos miedos han aumentado significativamente desde que se preguntaron por primera vez, en el año 2019, y afectan a todos los niveles socioeconómicos, pero, particularmente, a las mujeres y a los sectores de menores recursos.
La Encuesta Bicentenario UC 2023 se hace cargo también de dos temas actuales muy importantes: la tolerancia y la cohesión social. La nuestra es una sociedad que confía poco en el Gobierno, en el Congreso y en los Tribunales de Justicia —como confirma esta nueva versión—, con una baja sostenida en estas instituciones. Las universidades se ubican entre las instituciones más confiables (46%), sumado al hecho de vivir cada día más atomizados por la irrupción de las nuevas tecnologías y las llamadas “burbujas de información”, que nos aíslan de lo global y erosionan lo colectivo.
Así, se vuelve vital contar con una reflexión que permita dar cuenta de lo que nos conecta actualmente y, de ser así, de qué maneras. Se deben plantear preguntas como, ¿seguimos unidos en Chile por un objetivo común o estamos buscando metas individuales que pueden separarnos aún más, aumentando así la polarización? ¿Cómo entendemos el bien común hoy?
Si bien las preguntas anteriores no puede responderlas la encuesta, lo cierto es que sus datos sí pueden orientarnos sobre dónde vamos o queremos ir. Y sin duda, estos resultados pueden ayudar a las autoridades, a las instituciones y también a la sociedad en su conjunto, a entender en qué estamos y así poder delinear el mejor camino para avanzar como país en una dirección que nos considere a todos. Es el desafío que desde la UC nos hemos planteado debido a nuestra misión orientada al cultivo del saber mediante la expansión del conocimiento. Y es también la función que la sociedad demanda de sus universidades.
Ignacio Sánchez D.
Rector, Pontificia Universidad Católica de Chile