El litio, el cobalto, el níquel y otros materiales críticos para el combate al cambio climático son prioritarios para las potencias económicas mundiales. China lleva una ventaja desmesurada en el desarrollo de tecnologías para refinar litio a partir de roca y también en la fabricación de baterías de automóviles eléctricos, en donde controla más del 60% del mercado mundial.
Estados Unidos, al tanto de esta situación, impulsó en 2023 el Inflation Reduction Act que busca el abastecimiento de materiales críticos y el desarrollo de tecnologías de refinación, pues el mercado no ha podido hacerlo por sí mismo.
Lo que China no ha podido lograr es controlar el abastecimiento de mina del litio. Pero lo ha intentado. En 2018 la empresa china Tianqi compró el 23% de SQM, que maneja el Salar de Atacama, el yacimiento de litio con mayores reservas del mundo, con los menores costos, y con las menores emisiones de gases efecto invernadero por tonelada producida. Antes de aprobar esta transacción, nuestra Fiscalía Nacional Económica impuso estrictas salvaguardas para evitar que Tianqi tomara el control o se hiciera de información estratégica. Así se mitigó el riesgo de que China manejara de manera completa la cadena de producción del litio y baterías, pudiendo con ello distorsionar el precio de nuestro litio en una guerra comercial entre las grandes potencias, como es muy probable que ya esté ocurriendo.
Paradójicamente, Tianqi ha recientemente alegado que el acuerdo entre las chilenas Codelco y SQM es anticompetitivo, y que lo realmente legítimo hubiera sido una licitación, o algún otro mecanismo de libre mercado. De haberse realizado así, muy probablemente Tianqi, u otra empresa china, se habría adjudicado las gigantescas reservas del Salar de Atacama. En lo que Tianqui sí tiene un punto es que la defensa de la posición estratégica chilena ha sido ad hoc, pues la política chilena es abierta a la inversión extranjera, sin resguardos de tipo estratégico que sí tienen China, Estados Unidos, Canadá, Australia y varios países europeos.
Lo anterior no nos debe llevar al chauvinismo que ahuyente la inversión extranjera, que las más de las veces es imprescindible porque nos provee de capacidades de las que carecemos como país. Por ejemplo, la norteamericana Albemarle, heredera del contrato de 1980 entre Foote Minerals y Corfo, posibilitó la producción de litio gracias al método de extracción a partir de salmueras, que recientemente se había implementado en el Salar de Silver Peak en Nevada.
En resumen, la promoción de la inversión extranjera debe hacerse con una visión estratégica, que identifique y proteja nuestras capacidades competitivas. Esto debe estudiarse y legislarse adecuadamente, para que sea una política consistente, anticipable y de largo plazo.
Gustavo Lagos
Marcos Singer
Profesores UC