Señor Director:
La alta participación electoral, debido al voto obligatorio y la diversidad de elecciones el 27 de octubre, plantea un desafío para la fluidez del proceso de votación. El análisis del Servicio Electoral (Servel) identifica como principal problema el incremento en el tiempo de votación, estimando cinco minutos por votante, para manejar cuatro papeletas; con dos cámaras secretas por mesa (lo que resulta en un máximo de 24 votantes por hora por mesa). Con 400 votantes asignados por mesa y una participación del 85%, se necesitan al menos 14 horas solo para votar, sin considerar el conteo de votos, lo cual es inviable.
El Servel propone dos soluciones: duplicar el número de mesas, para reducir a la mitad los votantes por mesa, o extender la votación a dos días. Sin embargo, descarta la primera opción, por la imposibilidad de duplicar el personal y los espacios de votación, mientras que la segunda opción no requiere reclutar más personas ni espacio. Evidentemente, la dedicación de tiempo para los vocales, personal de apoyo y seguridad se duplica, y seguramente afecta la productividad nacional el cerrar comercio y otras actividades el día sábado.
Sugerimos una tercera solución no considerada por el Servel: aumentar el número de cámaras secretas por mesa para acelerar el proceso de votación.
Para evaluar alternativas, simulamos el proceso de votación para medir el impacto de aumentar el número de cámaras por mesa, que capturan una situación realista en la que una mayor proporción de los votantes asiste a votar entre 12:00 y 3:00 p.m., y donde los tiempos de votación están sujetos a variabilidad (pero acorde con los tiempos promedio calculados por el Servel).
Pasar de dos a cuatro cámaras permitiría procesar hasta 48 votantes por hora, solucionando el problema de la congestión y sin requerir más personal, ya que los vocales no asisten al votante en la cámara. Cada cámara requiere 1,7 m{+2} de espacio, por lo que la alternativa parece ser viable. Resultados similares se pueden lograr operando con tres cámaras por mesa y aumentando el número de mesas en un 25%, con 320 votantes asignados por cada una de ellas, similar a lo que se usó durante y antes de la pandemia. Complementar estas medidas con una mejor coordinación del flujo de votantes durante el día (para reducir la congestión del mediodía) reduce los tiempos de espera de los votantes a menos de 25 minutos.
Fabricar una cámara comprando los materiales en el comercio minorista cuesta $15.000 (20 m de pino dimensionado para el soporte y 0,5 m{+2} para el tablero); el costo total de duplicar las cámaras se estima en $1.145 millones, lo que permite ahorrar 1.350.000 horas de trabajo para los vocales (con un costo de $848 por hora ahorrada, sin considerar el tiempo ahorrado para el personal de apoyo y seguridad). Esta inversión no solo es costo-efectiva, sino que también evita los riesgos de seguridad asociados a la custodia de votos durante la noche, permitiendo completar el proceso electoral en un solo día y aliviando la carga sobre todos los involucrados.
Susana Mondschein
Ingeniería Industrial, U. de Chile
Marcelo Olivares
Facultad de Economía y Negocios, U. de Chile