Señor Director:

Es lamentable enterarse de que personas de 70 o más años, quienes están en perfectas condiciones físicas y mentales, activas y productivas, no pueden tener acceso a créditos de alguna entidad financiera solo por el hecho de sobrepasar esa edad.

Este no es el único impedimento que aqueja a muchas personas que ya han llegado a una edad mayor. Tengo 66 años, soy un profesional de las comunicaciones, tengo estudios de posgrado, he trabajado en instituciones públicas y privadas, me he relacionado con importantes personajes del ambiente político y de la actividad empresarial, mi actividad profesional me ha permitido recorrer gran parte del mundo, creo que mi currículum es amplio y generoso. Hasta hace aproximadamente tres años tenía un buen trabajo. Por diferentes motivos que han ocurrido en nuestro país, la empresa en la que me desempeñaba entró en graves problemas financieros, los cuales la llevaron a la quiebra. Como se podrá entender, todos quienes trabajábamos allí quedamos de brazos cruzados de un día para otro.

El mundo sigue su marcha y tenemos que ver cómo enfrentar el día a día, sin ninguna pausa. En estos momentos mi situación financiera es desastrosa, llevo más de tres años tratando de reinsertarme en un sistema que castiga a las personas mayores.

Mi currículum, mi profesionalismo y mi experiencia parecieran no existir. Vivimos en una sociedad que se jacta de ser solidaria, inclusiva e interesada por todos, pero eso al parecer no es más que una fantasía. El mundo real es otro.

Hugo Adonis Parraguez