Señor Director:

Ha pasado una semana desde que comenzó el incendio en la Región de Valparaíso, y las estimaciones de organismos del Estado hablan de 30.000 personas que han quedado sin hogar. Según cálculos de Techo-Chile obtenidos en terreno, 8.000 de ellas viven en asentamientos informales, esto es, entre 20 y 25% del total. Como sabemos, estos últimos son a quienes más les cuesta levantarse luego de perderlo todo.

Se está hablando estos días de que la reconstrucción debe considerar una estrategia de mitigación de riesgo, la que creemos que es fundamental. Junto a ello también consideramos imperativo respetar el camino de regularización en que se encuentran algunas comunidades, que tras décadas de espera han tenido avances sustantivos en su solución habitacional con el Serviu.

El proceso de reconstrucción, que dada la magnitud del desastre tomará meses en ser concretado, no puede dejar de lado soluciones habitacionales transitorias que puedan responder a la necesidad urgente de las familias que quedaron a la intemperie, especialmente las más vulnerables. Hoy son miles de personas durmiendo en carpas a cielo abierto, esperando una respuesta ágil y concreta, aun cuando sea temporal.

Es deber del Estado brindar seguridad y asistencia a todas las personas, independiente de su situación habitacional. Esperamos que las soluciones contempladas consideren esta progresividad y no dejen a nadie fuera. Para esta tarea, Techo-Chile compromete a sus miles de jóvenes, que desde ya están a disposición para comenzar la tarea.

Con un claro sentido de urgencia, desde la organización comunitaria de los territorios y la solidaridad que nos mueve como país, lograremos salir adelante, una vez más.

Benjamín Donoso SJ
Capellán de Techo-Chile