El fallo provisional de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la acusación sudafricana de genocidio por Israel en la zona de Gaza presenta suficientes vacíos y contradicciones que permiten interpretaciones favorables por ambas partes. En todo caso, la sentencia provisoria tiene el valor de exigir el respeto de los derechos humanos en este conflicto. La sentencia definitiva la conoceremos en varios años más, debido al dilatado procedimiento de la CIJ.
La Corte debió haber desestimado de raíz la demanda por falta de mérito, en cuanto a genocidio. Al no hacerlo, entrega temporalmente un triunfo indebido a Sudáfrica, dejando pendiente una responsabilidad inexistente de Israel por este crimen, el más grave según el derecho internacional.
Interesante, en cambio, es el reconocimiento de la sentencia del ejercicio de legítima defensa del Estado judío ante lo que efectivamente fuera una conducta genocida de Hamas el 7 de octubre en su atentado terrorista, que costó la vida a más de 1.200 judíos y el secuestro de otros 250.
Lamentablemente, la Corte en su dictamen no se refiere a este grave episodio en territorio israelí por haber sido mañosamente excluido en la demanda sudafricana, que limita la competencia de los jueces a los sucesos ocurridos en los territorios palestinos.
Habrá que reconocer la corrección de la CIJ al no decretar entre las medidas de emergencia el cese inmediato de la ofensiva de Israel. Al respecto, el Primer Ministro Netanyahu afirmó: “El vil intento de negarle a Israel este derecho fundamental habría sido una discriminación flagrante contra el Estado judío, lo que fue justamente rechazado por la Corte”.
En lo sustancial, hacen bien los 17 magistrados de la Corte de La Haya en exigir a Israel el cumplimiento del derecho internacional en su ofensiva en Gaza. “La Corte está muy consciente de la magnitud de la tragedia humana que se está desarrollando en la región y profundamente preocupada por la pérdida de vidas y el sufrimiento humano”, expresó Joan Donoghue, presidenta del tribunal.
La decisión de exigir la observancia del derecho internacional a Israel no le permite excusarse de la responsabilidad de cumplir con el respeto de los derechos humanos por razones de la guerra declarada el 7 de octubre. No obstante estar geográficamente situada en una zona en que los gobiernos vecinos son autocracias con sistemáticas violaciones de los derechos fundamentales, Israel, como democracia, tiene el deber de cumplir con los estándares occidentales de esos derechos.
Las decisiones del Tribunal de La Haya sobre medidas de emergencia son de aplicación inmediata, aunque no tiene la fuerza para hacerlas cumplir. En marzo de 2022, la Corte ordenó a Rusia suspender su ofensiva en Ucrania y Moscú sigue adelante con su operación militar.