La Sub 23 debutó en el Preolímpico de Venezuela con una derrota ante Perú (1-0), y más allá de las rabietas en contra del DT, Nicolás Córdova, por sus decisiones en la conformación del equipo titular, quedó una sentencia de parte del volante Lucas Assadi, una de las figuras top del equipo: “Tenemos que corregir varias cosas, sobre todo en lo táctico. Más que en lo físico, creo que nos costó un poco lo táctico, mover un poco más la pelota antes de llegar a definir”, dijo el volante tras la caída ante los peruanos.
Curioso. El jugador de la U siente —así dio a entender al menos— que la incapacidad mostrada por el equipo para doblegar el arco rival estuvo relacionada con la incapacidad de “mover la pelota” (el concepto es figurativamente bueno, aunque seguramente quiso decir “elaborar colectivamente”) y no con otras situaciones. ¿Cuáles? Por ejemplo, tomar individualmente las mejores decisiones al llegar a posición de remate, que fue, precisamente, el gran déficit mostrado por él y sus compañeros.
Claro, ciertamente el DT Córdova tiene la responsabilidad de profundizar en lo que Assadi denomina las insuficiencias en el aspecto táctico, entendido aquello como “todas aquellas acciones de ataque y defensa que se pueden realizar para sorprender (combatir) o contrarrestar (neutralizar) a los adversarios en el transcurso del partido, mientras el balón está en juego”. Pero, junto a ello, los jugadores, que a esta edad están en etapa de competición y no de formación, deben asumir que no fueron capaces de encontrar intuitivamente las fórmulas para romper el simple planteamiento de los peruanos, que fue establecer líneas defensivas y aprisionar a los hombres que debían ser la salida del equipo chileno (Pérez, Pizarro y, por cierto, el propio Assadi).
Por eso es que si Chile quiere resetearse de cara lo que le queda en el Preolímpico debe necesariamente redefinir conceptos, entrenarlos y ponerlos en práctica en los próximos partidos. Ni el DT ni los jugadores deben restarse en esa redefinición. Ambos fallaron en el debut ante Perú.
Córdova ha trabajado más de un mes con este equipo, tiempo que se verá como corto, pero que es extenso de acuerdo a los estándares de los trabajos a nivel de selección, por lo que debe asumir que no ha logrado el objetivo de plasmar alternativas y soluciones eficaces para cuando su equipo no logra vulnerar a su rival, a pesar de tener la pelota, el control del partido y las opciones para rematar al arco.
Pero es un hecho que a los jugadores también hay que darles un alto grado de responsabilidad. Aun teniendo en claro que los procesos formativos en Chile se han ido desmejorando en los últimos años y que los jugadores nacionales en su mayoría muestran un cúmulo grande de deficiencias por culpa de ello, los futbolistas que están hoy en el nivel competitivo deben ser capaces de tomar decisiones en la cancha, saber buscar caminos alternativos, variar sus estrategias y tratar de aumentar sus niveles de conversión no usando siempre el mismo camino.
La Sub 23 tiene ahí su gran meta. Ciertamente, el objetivo mayor es la clasificación a los Juegos Olímpicos de París. Pero de no lograrlo, puede quedar como saldo a favor “mover la pelota”, como dijo Assadi, para que, por fin, se empiece a remecer un fútbol que hace rato está en estado crítico.