El Mercurio.com - Blogs : Norcorea y el fantasma de una guerra
Editorial
Sábado 20 de enero de 2024
Norcorea y el fantasma de una guerra
''Las últimas señales de Kim son inquietantes y marcan un antes y un después''.
Durante años el régimen de Corea del Norte ha desafiado a la comunidad internacional con su retórica incendiaria, el lanzamiento de misiles, seis ensayos nucleares subterráneos, la puesta en órbita de su primer satélite espía y, ayer, supuestas pruebas de un dron submarino con capacidad nuclear. Pero a todo eso se ha agregado ahora un peligroso giro en las declaraciones de Kim Jong-un, que parecieran sugerir algo más que simples bravatas.
Es que el lunes pasado, la Asamblea Suprema del Pueblo declaró que las dos Coreas están inmersas en una “grave confrontación” y aprobó la eliminación de las principales agencias gubernamentales encargadas de las relaciones con su vecina del sur. Al día siguiente, el propio Kim pidió a la Asamblea que reescriba la Constitución para establecer a Corea del Sur como el “enemigo principal e invariable del Norte”. Esa modificación debe explicitar que su país buscará “ocupar, subyugar y reclamar” a Sudcorea como parte de su territorio si se declara una nueva guerra. Además, ordenó eliminar de manera oficial y definitiva conceptos como “reunificación” y “reconciliación”.
De alguna manera, estas declaraciones marcan “un antes y un después” en la península, ya que abren la posibilidad de que Norcorea esté considerando de manera real un escenario de conflicto con la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur).
Durante décadas, la dinastía de los Kim ha utilizado la propaganda para convencer a los norcoreanos de que Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional los desean destruir y que eso obliga a gastar millonarios recursos en el desarrollo de nuevas armas. En ese contexto, siempre ha dicho que está preparado para ir a la guerra en caso de ser atacado. Pero, ¿y si el que iniciara un conflicto fuera él, tal como lo hizo su abuelo en 1950? La idea resulta inquietante por todas sus implicaciones humanitarias, militares y económicas, pero no es totalmente descartable. De hecho, las recientes declaraciones de Pyongyang son sospechosamente semejantes a las de Rusia en las semanas previas a invadir Ucrania: la construcción de un guion que “justifique” el uso “preventivo” de la fuerza militar.
Descartando la alternativa nuclear (por sus devastadoras consecuencias), la opción que quedaría sería la de una guerra convencional, en la que las tropas de Kim se encontrarían con las fuerzas surcoreanas, pero también con los 28.500 efectivos estadounidenses desplegados en el sur, los que podrían ser rápidamente reforzados con contingente enviado desde sus bases en Okinawa, Japón.
Un escenario así generaría una confrontación directa y simultánea de Pyongyang con Seúl y Washington. Y ahí surge otra interrogante: ¿qué papel podrían jugar Rusia y China? La sola pregunta tiene resonancias alarmantes.