La amplitud táctica de la derecha es realmente encomiable.
Hace 14 meses, cuando se tenía que votar Apruebo o Rechazo por la propuesta bastante maximalista y refundacional de la primera Convención, la derecha en su franja y en su mensaje político apeló a una especie de telenovela rosa, diciéndoles a los chilenos que había que rechazar dicha propuesta y reemplazarla por una con “amor”. Asimismo, otro grupo que también llamaba al Rechazo sostenía que una Constitución que permaneciera en el tiempo debiera ser “una que nos una”.
Pues bien, 14 meses después, la derecha ha pasado de la telenovela rosa a una serie de terror. La franja de la derecha nos ha sentenciado a que si el En contra pierde, debiéramos jodernos. Hay que tener cuidado, en mi opinión, con esas frases tan categóricas, porque detrás del “que se jodan” se expresa mucha rabia, bronca, mucho odio, y nuestro país en su historia contemporánea ha sufrido en carne propia esas consignas. El “que se jodan” me hizo recordar la campaña de los diarios de derecha durante la Unidad Popular, y en ese contexto había una frase diaria que decía lo siguiente: “chilenos junten rabia”, y efectivamente resultó, una parte de los chilenos juntó tanta rabia, tanto odio y tanta bronca, que terminamos con más de 3.000 fusilados y de los cuales hay 1.000 que aún no se encuentran sus cuerpos, 38.000 torturados, 200.000 exiliados y alrededor de 150.000 chilenos y chilenas exonerados desde el sector público y privado.
Tengo la impresión de que el resultado va a ser más estrecho de lo que sostienen las encuestas y, en consecuencia, si gana el A favor, su mensaje a los derrotados no puede sostenerse en “que se jodan”, porque entre otras cosas, los eventuales derrotados del En contra seguirán convencidos de que la propuesta de la derecha consolida el modelo neoliberal de Jaime Guzmán y los Chicago Boys, y, por otra parte, involuciona en materias culturales y valóricas de la mano del Opus Dei y los Legionarios de Cristo.
Casi la mitad de los chilenos derrotados, eventualmente, seguirán pensando que el triunfo del A favor y sus contenidos mantendrán la segregación por ingresos en el acceso a la salud y la educación, mantendrán la aspiración a que el Estado social de derechos es, ni más ni menos, que el acceso en calidad y oportunidad a la salud y educación no depende del capital acumulado de la familia y mucho menos de su cuenta corriente.
Los “jodidos” seguiremos pensando que no es bueno para la construcción de una sociedad que se permita la objeción de conciencia en los más diversos temas, que rompen la legalidad universal con ese resquicio, los “jodidos” seguiremos pensando que la eliminación del impuesto territorial es una medida injusta, porque favorece al 23% de los propietarios que pagamos contribuciones y castiga al 77% que no paga porque ese porcentaje vive en comunas que dependen del desarrollo local.
Los “jodidos” seguiremos pensando que el derecho de las mujeres al aborto terapéutico en tres causales es un derecho humano y tendremos que enfrentarnos a los sectores de la ultraderecha conservadora que, como lo han manifestado públicamente, apelarán a todo recurso jurídico para retroceder en esta ley. Los “jodidos” seguiremos insistiendo en que aquel artículo de la propuesta de la derecha que sostiene que “los gastos objetivos de una persona o una familia podrán ser deducidos de la declaración de impuestos que esa persona efectúe”, seguiremos sosteniendo que esta propuesta es una aberración, considerando que los sujetos a los que se le pueden devolver estos gastos en su declaración tributaria somos solo el 25% de los chilenos, los que pagamos impuesto a la renta, y al deducir este segmento de mayores ingresos relativos en su gasto para el desarrollo de su familia ayudaremos a desfondar la estructura recaudatoria del Estado chileno. Los “jodidos” seguiremos pensando que la incorporación de las mujeres a todo órgano colegiado y elegido democráticamente, debe ser paritario, tanto al inicio como a la salida de ese proceso electoral.
El “que se jodan” nos indica una derecha hegemonizada por los republicanos que polariza aún más el país, y hay que recordar que el 18 de diciembre, aunque pensemos distinto, seguiremos compartiendo el mismo país y que solo el debate democrático, expresado en las leyes y el trabajo en el Parlamento, pueden dividir los distintos diagnósticos y propuestas para ser un país mejor.
Como fervoroso partidario del En contra, prefiero a la derecha de hace 14 meses, que quería construir una Constitución con amor, a una derecha que en la actualidad nos amenaza, equivocadamente, que nos vamos a joder.