Cobresal viajó a Rancagua y se llevó un empate desde El Teniente. Algo enredado en el primer tiempo, en el complemento estuvo cerca de la victoria. ¿Cuánto pesará en el desenlace del torneo el cabezazo desviado por Franco García luego del lanzamiento de esquina de César Munder? Lo sabremos en la última jornada, después de que los mineros visiten a Unión Española en Santa Laura.

Al contabilizar las situaciones de riesgo, el cuadro de Gustavo Huerta se fue con la sensación de que la victoria estuvo a un paso. Viene el duelo con Universidad de Chile en El Cobre, que marcará la pauta para la 30ª fecha. Lo relevante es que mantuvo su ventaja sobre Huachipato, que en el CAP igualó 1-1 con Universidad Católica y resolvió la deuda de minutos Sub 21. El técnico nortino tomó una decisión arriesgada que hasta ahora le da réditos, porque conserva la punta. En el arco puso a Alejandro Santander en lugar de Leandro Requena y no alteró la estructura de juego, que se afectaba porque ninguno de los jugadores disponibles para cumplir con esta discutible norma responde a las exigencias de Primera División.

El dato es claro: si Cobresal gana sus dos partidos será campeón. Huachipato no descontó la ventaja. Después de un primer tiempo flojo, que obligó a Gustavo Álvarez a mover el equipo y el formato, los acereros estuvieron cerca de la victoria. Gonzalo Montes empujó desde la mitad de la cancha y Brayan Palmenzano generó riesgo al ubicarse detrás de Maximiliano Rodríguez. Buenos 45 minutos iniciales de Universidad Católica, con una correcta versión de César Pinares, que no se sostuvo en la media hora final. Ahí la UC sintió el peso del partido y la carencia de alternativas en la banca para refrescar un equipo que retrocedió porque no le duraba la pelota.

Ñublense y Audax Italiano son los rivales del conjunto de la usina. Estaciones complejas, aunque las expectativas de chillanejos e itálicos jugarán un rol decisivo. Pelear por algo marca la diferencia. En el balance, la impronta de Álvarez se sintió a lo largo de la temporada. Huachipato jugó de igual en todas las canchas, tuvo equilibrio, con un mediocampo capaz de recuperar y generar. Meritorio soslayar la partida de Javier Altamirano, su jugador más desequilibrante.

Con tantas detenciones es difícil meterse en el torneo. Los equipos pierden el ritmo y retomar la marcha cuesta. A veces las decisiones referiles no ayudan. Por ejemplo, Francisco Gilabert se apresuró en las expulsiones de Benjamín Rojas y Luis Montes, en el triunfo de Everton sobre Palestino. Una amarilla resolvía el entuerto y el partido no se desdibujaba.

En otras ocasiones, los árbitros quedan atrapados por una instrucción reglamentaria que no respeta el fútbol, la Física y el sentido común. Ocurrió en el penal que Manuel Vergara sancionó a favor de Coquimbo Unido ante Universidad de Chile. Renato Cordero se barre ante el centro de Benjamín Chandía, la pelota da en el botín derecho del volante azul, quien va con los brazos abiertos, porque es imposible ir al piso con las manos pegadas al cuerpo. El VAR llamó para advertir a Vergara y listo. Este tipo de acciones demuestran que manos de esta naturaleza y los fuera de juego milimétricos (empeine, rodilla, medio cuerpo) requieren ser abolidos.