Vuelvo a escribir sobre la propuesta de republicanos más Chile Vamos de suprimir el pago de contribuciones en la vivienda principal.
La vez anterior expresé preocupación por la enmienda republicana, pero esta vez aumenta dicha preocupación, porque en la comisión respectiva a la propuesta se agregó el respaldo de Chile Vamos. Es así como la propuesta mencionada obtuvo nueve votos a favor y solo cuatro votos de rechazo por parte de los consejeros oficialistas. De acuerdo a datos de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, para el año 2022 el fondo común municipal alcanzó la cifra de 2.750.000 dólares, siendo el impuesto territorial el 58% de esa cifra, es decir, 1.500.000 dólares. Cabe destacar que para más de 220 municipios del país, de un total de 345, lo que reciben de dicho fondo constituye más del 50% de su presupuesto anual.
Tengo cuatro observaciones a esta propuesta que dan origen al título de esta columna. La primera, que es una enmienda completamente fuera del sentido común y de la lógica de un proyecto constitucional. Establecer en una Constitución una política pública tan específica, propia de una legislación ordinaria, es completamente absurdo. Una propuesta constitucional debiera establecer las reglas del juego de las orientaciones generales del país y, por ningún motivo, establecer políticas públicas específicas, sujetas a cristalizar en forma permanente un determinado punto de vista de una legislación en particular.
Mi segunda crítica es que es una enmienda completamente populista. Está dirigida a satisfacer los intereses del núcleo duro de la votación electoral de la derecha. Los vecinos más privilegiados con esta enmienda, y que pagan impuesto territorial, mayoritariamente viven en Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. El predominio electoral de la derecha en esta zona es indiscutible, solo a manera de evidencia: los tres alcaldes son de derecha; los concejos municipales de Lo Barnechea y Vitacura están íntegramente constituidos por concejales de derecha, y en el caso de Las Condes, de 10 concejales, una sola es oficialista. Con la evidencia demostrada, queda claro que esta propuesta está destinada a favorecer al núcleo más activo de la derecha política en Chile. No solo activo en lo electoral, sino en su influencia en la sociedad de carácter político, económico, social y cultural, además de consignar que en estas comunas viven los principales financistas de la derecha chilena. Cabe destacar, además, que solo estas tres comunas aportan por concepto de impuesto territorial el 38% del total. Las Condes, con un 17,4%; Lo Barnechea, con el 11,4%, y Vitacura, con el 9,3%. Paradojalmente, esta enmienda, si bien beneficia a los vecinos ya señalados, perjudica la gestión local de estos municipios, considerando que, de acuerdo a la ley, en las comunas de Vitacura y Las Condes, del impuesto territorial percibido, un 65% concurre a la formación del fondo común y un 35% se incorpora al presupuesto municipal. En el caso de Lo Barnechea, las cifras respectivas son de un 60% y 40%.
Esta enmienda es irresponsable porque le retira el financiamiento más importante al Fondo Común Municipal, y de no haber recursos alternativos para alimentar a este fondo, significaría la quiebra de más de 220 municipios del país.
Finalmente, esta enmienda es profundamente injusta, considerando, a manera de ejemplo, que en la comuna más rica de la Región Metropolitana y del país, Vitacura, el 98% de las viviendas pagan contribuciones, en contraste con la comuna más pobre de la Región Metropolitana, Lo Espejo, donde solo el 3,5% de las viviendas paga impuesto territorial. Cómo no va a ser injusto que dejen de pagar impuesto territorial las viviendas de mayores precios, en las comunas de mayores ingresos, y que, en consecuencia, afectan los ingresos de las comunas más vulnerables del país. Sostener, como algunos columnistas, que esta enmienda es regresiva suena muy diplomático; esta enmienda, en mi opinión, es indecente. Agrego, además, que ningún gobierno va a permitir que colapsen financieramente más de la mitad de las comunas chilenas y, en consecuencia, se tendrá que acudir a los impuestos generales de la nación. Como vecino de Las Condes, que paga contribuciones anuales, creo que no solo es injusto, sino escandaloso, que se me exima de pagar el impuesto territorial y que este sea reemplazado por impuestos generales, donde, además, el IVA que es prácticamente la mitad de la recaudación general, y que lo pagan todos los chilenos, venga a sustituir el impuesto territorial que yo cancelo.
Si a la enmienda mencionada se le agregan otras que estamos conociendo producto del debate y las votaciones en el Consejo Constitucional, no se pida después, por la derecha política, que se vote a favor en el plebiscito del 17 de diciembre.