Entretenida fue la presentación de “Notas de Memoria”, el libro de quien fuese líder del MAPU, subsecretario de Economía de Salvador Allende y miembro del PS por treinta años, Óscar Guillermo Garretón. El evento reunió a una audiencia cautiva, pero la lectura del texto deja enseñanzas amplias. Se lo recomiendo a todo UP lover.
Temprano, describe el desastre económico que fue el gobierno del Presidente Allende. Tras un breve espejismo, los inevitables efectos de los desequilibrios generados por las medidas se concretaron. La inflación pasó de 28% en 1971 a 255% en 1972, mientras el PIB per cápita en dólares caía -2,9% (MPD 2020). Y es que, como relata, “la política económica se agotaba” en 1972. Hasta aquí con las cifras.
Más interesante es explorar el profundo impacto de la rápida debacle económica sobre un Garretón de menos de 30 años. Dos pasajes, seguro incómodos para parte de la izquierda, destacan. Primero, frente al desastre, su versión casi octogenaria escribe: “me he devanado muchas veces los sesos, preguntándome cómo no lo vimos” (p. 65). Dado que los errores se advirtieron en esos años, se agradece la honestidad intelectual de la frase. Segundo, reconoce que en los primeros días posgolpe —no el 2000— prometió que “podía ser muy socialista, pero jamás volvería a propiciar expropiaciones de empresas” (p. 83). No hay una oda a la empresa privada en su libro, pero a relevo de pruebas…
Si es o no Garretón un converso es opinable. Ahora, si me apura, tras leerlo, le diría que la pelota pega en el poste. Quizás su exitoso paso por empresas privadas me sesgue, lo mismo que su alejamiento del PS (una gracia de “amarillos” es su comodidad para un converso). Igual no importa si es o no, pues su historia ilustra una virtuosa cualidad en el humano: cambiar de opinión cuando nos prueban equivocados es sano, refleja madurez. Y como reconoce el libro, ¡cómo se erró en esos años! La economía se resintió rápido, caldo de cultivo para conversos.
Pero, sabe, el libro lleva a pensar más allá del caso de un “hijo de clase alta porteña”, como se cataloga el autor. ¿Cuál será la evolución de un hijo de clase alta magallánica? Buen tema, pero el de hoy es otro más macro. ¿Producen ciclos económicos cambios ideológicos en la población? Claro. Sabemos que crisis profundas marcan permanentemente a pueblos y generaciones. Ahora sí, desde ese ángulo, lo aterrizo al Chile del 2023.
Con una economía que acumula una década de estancamiento y magras proyecciones futuras, donde la responsabilidad política del letargo es cierta, ¿cómo evoluciona ideológicamente nuestro votante mediano? Por un lado, sabemos que está preocupado. En las dos últimas CEP, más del 60% dice que la situación económica del país es mala o muy mala (récord en 23 años). Además, sume que entre 2019 y 2023 se observa un incipiente “efecto Garretón”: el porcentaje que reporta bastante o mucha confianza en empresas privadas se ha multiplicado más de tres veces (misma encuesta). ¿Fuente de nuevos conversos? Lo comprobaremos en los años que vienen.
Sergio Urzúa