Curiosidad despierta la extraña alianza entre Irán y Bolivia. Opacos acuerdos de cooperación militar suscritos entre ambos países, que contemplan la adquisición por Bolivia de drones y lanchas iraníes, y seguramente entrenamiento, repuestos y asistencia técnica. Por la crítica situación económica boliviana, y la demanda rusa de drones iraníes para su empleo en Ucrania, no es descartable que se trate simplemente de una donación de aviones no tripulados de segunda categoría y solo con propósitos de observación, aun cuando su empleo también puede servir para alertar a narcotraficantes, delincuentes y contrabandistas bolivianos con redes con la policía y militares de Bolivia.

Las adquisiciones bolivianas no son riesgos para la seguridad de los países vecinos por un eventual uso ofensivo, lo que parecería preocupar a las cancillerías de Argentina, Chile y Perú, que por notas diplomáticas han solicitado mayores antecedentes.

Aunque no sea novedad, lo realmente inquietante es lo que no está escrito en el convenio de cooperación militar; la consolidación del compromiso boliviano de apoyo a la causa iraní, disruptiva de la seguridad mundial, con un poder nuclear amenazante para la paz en Medio Oriente, en particular de Israel, que sufre del terrorismo iraní, extendido a Sudamérica, como se evidenció en el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina, que dejó 85 muertos. Cómplice del atentado terrorista en Buenos Aires, con orden de captura internacional, es Ahmad Vahidi, actual ministro del Interior de Irán, antes ministro de Defensa, autor de la cooperación militar entre Irán y Bolivia, iniciada hace décadas con Evo Morales, fortalecida ahora por el Presidente Luis Arce.

Llama la atención una alianza entre dos países sin afinidades culturales, valóricas ni intereses económicos. Solo coinciden desde la llegada al poder de Evo Morales y su partido Movimiento al Socialismo (MAS), en Bolivia, y del fundamentalismo musulmán, en Irán, en una agresiva enemistad con Estados Unidos y cercanía con los regímenes de Putin, Venezuela, Cuba y Nicaragua, todos los cuales encarcelan a sus opositores, registran complejas relaciones con sus respectivos vecinos, y entraban acuerdos internacionales e integraciones regionales, lo cual los automargina de la comunidad de naciones.

Lo fundamental no son los drones, que pueden ser usados o mal usados. Lo que importa es la suma de las tóxicas coincidencias entre los ayatolas, Morales y el Presidente Arce, que explican la alianza entre Bolivia e Irán, y permiten citar a Cervantes en el Quijote, que por la voz de Sancho Panza aclaraba las dudas frente a las malas compañías con el refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.