Se lee con interés la entrevista publicada el domingo a Vicente Kalleg. Técnico joven (26 años), egresado del INAF y en la banca de Deportes Valdivia en segunda división, luego de positivas campañas con el fútbol joven del club.
Entusiasta, el DT valdiviano solo teme al “prejuicio por la edad”, lo mismo que los profesionales considerados “viejos”. Hay que advertirle que el rango considerado de utilidad actualmente es muy estrecho, tal vez, ¿de los 35 a los 50? Poco. En fin, así están las cosas.
Lo interesante es que este muchacho es un ejemplo para sus coetáneos: es estudioso, disciplinado y trabajador. Aparte de la academia, fue un aprovechado observador de colegas mayores: Fabián Marzuca, en Recoleta, se acercó a Francisco Bozán (también debutante joven en su momento) en Concepción, recibió ayuda de Fernando Díaz en la Unión y se acercó a Luis Marcoleta en Valdivia (al que reemplazó cuando este partió a Santiago Morning). A su club llegó como analista, agregando luego la dirección de la Sub 17 y Proyección. Triple trabajo. Al INAF llegó habiendo estudiado Educación Física.
Aprender mirando y estudiando no es algo habitual en estos días entre los técnicos y jugadores jóvenes (ni habar del público). Y ocurre que los grandes técnicos sí son y han sido estudiosos y trabajadores.
Fernando Riera lo fue. Por cierto, observó mucho en Francia y su convicción lo llevó a hacer en Chile el primer curso de entrenadores, trayendo al país a una eminencia mundial, monsieur Gabriel Hanot. No solo observó en Europa, ya en Chile mostraba inquietud técnica en su carrera de jugador.
Luis Álamos también fue un agudo observador y por algo se lo llamó “el Zorro”. Y en cuanto a academia, la traía desde siempre: era profesor. Así es que sabía aprender y sabía enseñar. No en vano fue multicampeón con la U y reverdeció laureles con Colo Colo. “Inventó” a Carlos Campos y revivió al “Chamaco” Valdés.
Y si de estudiosos se trata, anotemos a Marcelo Bielsa. Estudiosos de realidades, de historia futbolística, de avances técnicos, de jugadores de todos lados. Analista incansable, formador de equipos técnicos. Es difícil encontrar entrenadores que le dediquen más tiempo al ejercicio de su profesión.
¿Habrían podido ellos dirigir en Chile hoy? Difícil, porque hay virtudes que ya no se aprecian. Imagínese que para la selección femenina Sub 20 la ANFP ha contratado a Pablo Abraham, entrenador argentino sin club hace 6 años y sin experiencia alguna en el fútbol femenino. He tratado de averiguar cuál es la trenza que explique este sinsentido, pero no he sabido nada, pues debo confesar que no tengo contactos con los bajos fondos del fútbol.
Así es que, ¡fuerza!, joven Kalleg.