Señor Director:

Respecto de la carta de Fernando Reyes (miércoles), hay al menos otras dos razones que explican el fenómeno de la poca importancia que se le daba en 1941 a la conmemoración del medio siglo transcurrido desde el suicidio del expresidente Balmaceda, en comparación con lo que sucede hoy respecto de los hechos de 1973, de los cuales nos separa la misma cantidad de tiempo.

A saber: 1) el conflicto de 1891 no fue esencialmente ideológico, sino más bien de carácter interpretativo de los poderes que la Constitución de 1833 le entregaba tanto al Presidente como al Congreso, a diferencia de lo acaecido en 1973, cuando se enfrentaban concepciones ideológico-doctrinarias radicalmente opuestas, que concernían a interpretaciones globales de la realidad; y 2) el conflicto de 1891 implicó básicamente a facciones de la élite, dado que el pueblo y los campesinos aún no participaban mayormente de la política, y solo tomaron partido siguiendo al bando del patrón; en cambio, hacia 1973 existía una enorme politización de la sociedad en su conjunto, lo que implicó que el conflicto tuviera una mayor connotación social respecto de los sucesos de 1891.

Franko Benacchio
Historiador