En los últimos días de mayo de 1962, el año del Mundial, se publicó en el Diario Ilustrado, que desaparecería unos años más tarde, un texto de este columnista. Que era, increíblemente, una columna. No es habitual empezar así una carrera periodística y uno pensaría más bien en un pequeño párrafo informativo. Pero Alberto Buccicardi Ferrari, entonces jefe de Deportes del diario, tenía una confianza inconmovible en los jóvenes y les daba la oportunidad de enfrentar responsabilidades mayores, como seguramente la dio también en otros terrenos, como entrenador de la Católica y de la selección chilena. Él, que llegó a ser capitán de los cruzados y del seleccionado, empezó en el fútbol recién ¡a los 21 años! Tal vez eso lo llevó a permitir la iniciación temprana de sus dirigidos. Nunca se lo pregunté.
Desde entonces han transcurrido 61 años y nunca he dejado de ser columnista. Es harto tiempo. Y la semana pasada, en ese cumpleaños, recordé cosas. Muchas cosas y personas. Por ejemplo, recordé una columna que duró muchos años, redactada por el jefe de Deportes de “El Mercurio”, Julio Moreno Toledano, que él titulaba “Ahora es bueno recordar”. Muy buena, porque en un grato lenguaje recordaba episodios y personajes del pasado. Un pasado hoy muy lejano, si pensamos que era escrita en los años 50. Moreno Toledano, aficionado a la natación, conocido también como “El Hombre Corcho”, pues flotaba y leía flotando, y también como “Piti Moreno”, por sus gruesos lentes, fue relator del primer partido con trasmisión radial en Chile: la definición del título del torneo inaugural del profesionalismo en 1933, por las ondas de la Radio El Mercurio, de lo que me enteré muchos años después.
Le aclaro desde ya, estimado lector, que no es mi idea escribir sobre recuerdos. Solo me ha parecido que 61 años de ejercicio permiten señalar algunos asuntos y personas que pueden perfilar algo del desarrollo de los medios en un período apreciable. (Permítame no decir “período de tiempo”, como leo y escucho a diario, porque no sé de qué otra cosa puede ser un período).
Puedo decirle, por ejemplo, que en ese lapso pasamos del teletipo a internet, con varios pasos intermedios, todos apuntando a un desarrollo tecnológico que nos tiene en el umbral de la inteligencia artificial. Agregamos la radio a la televisión. Las inocentes estadísticas de entonces hoy obligan a la programación para conseguir la exactitud y precisión que el público exige. Los deportes también han sumado recursos tecnológicos (el VAR, entre otros, en el fútbol).
Algunos mayores han asumido los desafíos del desarrollo y otros se han quedado a la vera del camino. Algunos, por ejemplo, ya al comienzo de los 60 renunciaron al uso del computador para redactar sus textos.
Y… Y no alcancé a recordar nada. Será para los 62 años de columnista. ¡Qué optimismo!