Señor Director:

Parece necesario hacer una aclaración que, a juzgar por los juicios que se siguen emitiendo en torno al año sabático de la profesora Elisa Loncon, no ha llegado a la opinión pública tanto como sería deseable.

En el ámbito académico, un período sabático no es un año de descanso ni de aligeramiento del trabajo. Se trata de un tiempo en el que se libera al académico de las tareas administrativas y de docencia para que se dedique más intensamente a la investigación y a actividades relacionadas con ella, de modo que pueda potenciarla o renovarla, y es muy habitual que se realice en el extranjero. Nada tiene que ver, entonces, con un permiso con goce de sueldo. Tampoco se trata de un premio a una trayectoria especialmente sobresaliente.

Es posible que el desconocimiento de la naturaleza de un período sabático, junto con la notoriedad pública de la profesora Loncon antes y después de la Convención, haya llevado a un grupo de parlamentarios a exigir la presentación de sus antecedentes de los últimos cinco años. No obstante el motivo, ahora que han sido solicitados con buenas bases legales y de sentido común, no deja de causar extrañeza su negativa a presentarlos.

Santiago Orrego
Instituto de Filosofía UC