Los plazos se están cumpliendo de modo inevitable. No se pueden parar los procesos naturales y es un hecho que el término de la temporada futbolística en Europa, a mitad de año, traerá consigo una serie de definiciones para los jugadores chilenos que actúan en ese continente.
Algunos como Guillermo Maripán, quien es titular en Mónaco, es uno de los pocos que puede mirar con tranquilidad el período de renovaciones y traspasos. Salvo que el defensor sea seducido por los dólares del mercado asiático, lo más probable es que se mantenga en el Viejo Mundo por un par de años. Se lo ha ganado.
En esa condición hay otros como Gabriel Suazo (de buena integración en Toulouse) y Benjamin Brereton (quien saldrá de la segunda división inglesa y dará el salto a la liga española). A ellos debería sumarse Marcelino Núñez, Francisco Sierralta y Víctor Felipe Méndez, quienes son alternativas permanentes en sus equipos.
¿Alexis Sánchez? El “Niño Maravilla” ha demostrado poseer las condiciones para seguir jugando en un nivel medio-alto de Europa. Pero es posible que aparezca una oferta de esas que no se pueden rechazar desde Medio Oriente y en una de esas termine llevando sus cachañas a las tierras de los jeques. Seguro sería un espectáculo para ellos.
¿Qué pasa con el resto del contingente chileno que está en Europa?
Abundan las dudas. Y son tantas, que no puede descartarse que a mitad de año se pueda producir un desembarco de figuras retornadas al fútbol sudamericano e incluso el chileno (con harta imaginación se podría producir).
Gary Medel, por ejemplo, parece no tener más historia que contar en Bolonia. El zaguero y volante de la Roja ha sido solo alternativa —y para los minutos finales—en su equipo. Un “cambio de aire” no debería sorprender a nadie. ¿Boca Juniors? ¿La UC? Puede ser cualquiera.
El caso del Claudio Bravo es diferente. El portero puede que no se mantenga en Real Betis, pero eso no significa emigrará pronto de Europa. Ni siquiera de la liga española, porque hay interesados en contratarlo si sale a mitad de año, empezando por Villarreal. De todas maneras, Bravo está en condiciones de elegir su futuro. Y un retorno a Chile, bajo ciertos márgenes, tampoco debería descartarse.
Hay también un grupo de jugadores nacionales que están llamados hoy a tomar decisiones drásticas que pueden significar su partida del fútbol europeo para recalar en ligas menos brillantes o derechamente retornar al fútbol nacional: el zaguero Enzo Roco, el volante Tomás Alarcón y el delantero Diego Valencia no han tenido una buena experiencia durante esta temporada europea y deben estar reflexionando sobre cuáles son las mejores alternativas para ellos.
Si bien económicamente representa una mejor opción quedarse en Europa, aunque sea en equipos y ligas de menor poderío, deben tomar en cuenta que si aspiran a ser considerados en la selección nacional (los tres forman parte del universo de seleccionables) deben estar jugando semanalmente para ser considerados como opción por el DT Eduardo Berizzo.
No es una decisión fácil. Ni para ellos ni para el resto del contingente chileno que navega en el primer mundo del fútbol. Pero hay que tomar opciones. Y no esperar que otros las tomen por ellos.