Mañana se desarrollará la tercera etapa del nuevo proceso constituyente, iniciado después de la derrota del 4 de septiembre del 2022, en que la propuesta de la Convención Constituyente fue rechazada por el 62%.
La primera etapa del actual proceso fue el acuerdo legislativo de tres bloques políticos; Apruebo Dignidad, Socialismo Democrático y Chile Vamos. Cabe destacar que tanto el Partido Republicano como el Partido de la Gente no concurrieron con sus votos a aprobar este nuevo proceso, no obstante que mañana participarán en la elección de los 50 consejeros constitucionales. La segunda etapa del actual proceso fue la designación por parte del Congreso de 24 expertos, en paridad y en equilibrio político, con el objetivo de presentarles a los 50 consejeros que elegiremos mañana un anteproyecto de Nueva Constitución.
Cuando conozcamos, en la noche de mañana, los resultados de este proceso electoral será importante considerar los siguientes aspectos: en primer lugar, la convocatoria a esta elección, por segunda vez estamos ante un proceso completamente nuevo en materia de votaciones. Hay que recordar que a partir de 1987 la legislación contempló inscripción voluntaria y voto obligatorio, posteriormente en los 2000, la nueva legislación determinó inscripción automática y voto voluntario. En el plebiscito del 4 de septiembre y en la elección de mañana tenemos inscripción automática y voto obligatorio, lo que abre un universo de votantes de más de 15 millones. De hecho en el plebiscito del 4 de septiembre, participo el 85% de ese universo. Mañana sabremos si se mantuvo, retrocedió o se avanzó en la participación electoral.
Toda elección implica en parte sustantiva una evaluación sobre el gobierno que dirige los destinos del país. Mañana eso ocurrirá a todo evento. La forma en que se expresará esa evaluación consistirá en sumar los votos de las dos listas oficialistas y contrastarlos con la suma de los votos de las 3 listas de derecha. La referencia para ambos macrobloques es el resultado del 4 de septiembre en donde las fuerzas oficialistas obtuvieron el 38% de la votación mientras que la derecha más la autodenominada “centroizquierda” por el Rechazo, obtuvo el 62%. Para el Gobierno, cualquier cifra que mañana reúnan las dos listas oficialistas que supere el 38% anterior debiera considerarse un respiro. El Gobierno tendrá que avaluar con su impacto político respectivo cómo se mueve esa cifra, porque distinto serán las resoluciones de La Moneda si la cifra mencionada se mantiene, aumenta o disminuye. En consideración a lo anterior y dependiendo del resultado de mañana, el Gobierno podría iniciar una nueva etapa considerando que le restan más de dos años y medio de gestión.
Una segunda medición relevante ocurrirá en la derecha, teniendo en cuenta que las tres listas competirán por la hegemonía del sector en la perspectiva de las elecciones municipales y regionales del próximo año y en el horizonte presidencial del 2025. No será indiferente para el Gobierno quién logre dicha hegemonía porque implicará el tipo de oposición que tendrá el Gobierno en el resto de su periodo.
Asimismo, será relevante el resultado entre las dos listas oficialistas, Unidos por Chile conformada por Apruebo Dignidad más los partidos Socialista y Liberal y la lista Todos por Chile integrada por el PPD, la DC y el Partido Radical. No será indiferente el equilibrio entre ambas fuerzas y/o una brecha sustantiva entre estas dos listas y podría eventualmente tener una repercusión en la agenda legislativa, las prioridades programáticas y la proyección electoral.
Dejé para el final el principal aspecto estratégico de la elección de mañana. La correlación de fuerzas de las tres listas de derecha y las dos listas oficialistas en la conformación de los 50 consejeros constitucionales elegidos será determinante en la deliberación de los aspectos sustantivos de una nueva propuesta constitucional que deberá ser plebiscitada el 17 de diciembre de este año entre las opciones “a favor” o “en contra”. Hay que considerar un aspecto fundamental que es el derecho a veto en este consejo que se adquiere en la medida que ambos macrobloques obtengan un mínimo de 21 consejeros elegidos. En el caso de las fuerzas oficialistas existe sintonía y decisión de generar una Nueva Constitución, pero en el caso del bloque de derecha solo una de sus tres listas, Chile Seguro, integrada por RN, la UDI y Evópoli, están comprometidas para tener la misma aspiración, es decir, una nueva Constitución, como quedó demostrado cuando estas fuerzas políticas concurrieron con sus votos a la reforma constitucional que abrió el camino para este segundo proceso constituyente. Distinta es la situación de los republicanos y del PDG que no concurrieron a dicho acuerdo, pero que participan en el proceso. La interrogante es cuál será la conducta de esos consejeros.
Como usted apreciará los resultados de mañana tendrán en todos los actores una relevancia sustantiva en el próximo periodo político.