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Cartas
Miércoles 26 de abril de 2023
Un retroceso de 40 años
Señor Director:
La Comisión Experta ha propuesto consagrar la educación como un derecho, cuestión que a primera vista es acertado, pero absolutamente insuficiente.
Miremos esto con atención. Propone varios principios, tales como el de disponibilidad, como si la educación fuera una mercancía en stock. Luego, pone al Estado no como garante de hacer cumplir ese derecho, que se supone debe estar asegurado para todos, sino como un ente que “tiene el deber preferente —mas no exclusivo— de fomentar y no asegurar el mejoramiento continuo, ejerciendo labores de promoción —cual agencia publicitaria— y supervigilancia. En este solo inciso letra C de la propuesta hemos dejado a la educación como un derecho de orden secundario y al Estado como un mero promotor y vigilante de lo que pase en los establecimientos educacionales.
Insiste en la idea de que las familias tienen el derecho y el deber preferente de escoger la educación de sus hijos, como si cualquier trabajador pudiera ejercer ese derecho enviando a sus hijos a estudiar al Verbo Divino, suponiendo que su capacidad de “compra del servicio” de educación no estuviera restringida por su nivel adquisitivo.
Es cierto que las familias tienen el derecho de educar a sus hijos según sus propios marcos culturales y valóricos, pero quienes sostenemos la necesidad de una educación pública, estatal y de calidad, estamos pensando también en los hijos de la trabajadora de la multitienda, la cajera del supermercado, del pescador artesanal, del electricista, etcétera. En fin, pensamos en niños y jóvenes, hijos de aquellas familias que viven con un sueldo de menos de $800 mil, vale decir, la mayoría de los trabajadores remunerados.
Es importante recordar que, desde la municipalización de la educación hasta la fecha, ya sabemos qué resultados tiene despojar al Estado de las herramientas para que asegure el derecho humano fundamental a la educación y entregársela al mercado: el que tiene plata se salva, el que no, apenas comprende lo que lee y solo es capaz de calcular el vuelto en la feria. Lo que proponen en educación los expertos es lo mismo y peor de lo que está vigente en la Constitución del 80, sus resultados están a la vista.
Elisa Araya
Rectora UMCE y doctora en Educación