Señor Director:

Los chilenos estamos en deuda. Esta vez no material, sino inmaterial. La deuda de declarar patrimonio inmaterial de la humanidad la fiesta de Cuasimodo.

Recién celebrada días atrás (siempre el domingo posterior al Domingo de Resurrección), esta es única en Chile y se celebra desde los inicios de la República.

La fiesta da cuenta de la religiosidad popular, al llevar la comunión en procesión de huasos a caballo a los enfermos que no pudieron comulgar en domingo de Pascua. Actualmente, se suman a esta procesión personas no huasas, gente en bicicleta y también en auto e incluso en micros. Todo y todos, adornados con la bandera del Vaticano, usando símbolos y colores que revelan objetivos comunes.

Reconocer esta fiesta como patrimonio inmaterial es darle el lugar que le corresponde a una tradición que transmite precisamente valores compartidos, e historias y objetivos de una generación a otra. Pues este tipo de tradiciones motiva a las sociedades a crear y compartir una identidad colectiva, que a su vez sirve para dar forma a las identidades individuales. Mediante la transmisión de este tipo de costumbres, los grupos sociales aseguran que las generaciones jóvenes y venideras den continuidad a los conocimientos, valores e intereses que los distinguen como grupo y los hacen diferentes a otros… Y en Cuasimodo hay una parte importante de nuestro Chile, único e irrepetible...

El merecido y esperado reconocimiento se entiende como “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas —junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes— que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural”. Se trata además de actividades que se transmiten de generación en generación y, al convocar a un grupo amplio de personas, fomentan el sentido y el valor de las comunidades.

No tenemos duda: Cuasimodo nos ayuda a fortalecer la identidad local con costumbres que se mantienen vigentes y se proyectan en el tiempo, con instancias que nos llevan a encontrarnos y a unirnos por un mismo país, más espiritual y, sobre todo, más humano.

En un momento histórico en que la inmediatez y lo desechable priman, hacemos este llamado a resguardar y legar este patrimonio.

Alejandra Valdés
Directora ejecutiva

Cristóbal Lira
Presidente
Corporación Cultural de Lo Barnechea