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Cartas
Sábado 22 de abril de 2023
La ceguera de Loncon
Señor Director:
En la nueva edición de Crónica Constitucional (viernes) se abordaron algunos de los dichos que la expresidenta de la Convención Constitucional Elisa Loncon ha esbozado a lo largo de su periplo por el mundo, en el marco del año sabático concedido por la Universidad de Santiago. En sus visitas por Estados Unidos, Francia y México, Loncon atribuye a múltiples factores las causas del apabullante fracaso del anterior proceso constitucional, pero menos a sí misma y a su sector.
Loncon hace suya la frase “y la culpa no era mía”, como reza el himno feminista, sino que, en este caso, fue de los medios de comunicación, de la derecha, de la tecnología, del miedo, de la mentira y del odio. Bajo su mirada, el producto ofrecido por la ex-Convención era un producto de primer nivel: más democrático y progresista, por cuanto abarcaba dentro de su abanico a toda esa pléyade de causas e identidades relegadas de la sociedad chilena: el indigenismo, la diversidad sexual, el feminismo, el ambientalismo y tantas otras.
El problema de esta postura es que prescinde de un elemento sustantivo, y respecto del cual gran parte de la izquierda, de la que Loncon es rostro visible, se resiste a aceptar: el proyecto que fue rechazado por un 61,9% de quienes votaron en el plebiscito de salida no fue rechazado porque la ciudadanía no lo entendiera o por los fenómenos que la profesora indica, sino que fue rechazado, principalmente, porque era un mal proyecto. Y no era un mal proyecto solo desde una perspectiva técnica o jurídica, sino también desde una dimensión espiritual, ya que fue escrito desde el revanchismo, el resentimiento y la confrontación, y no sobre la base o bajo el anhelo de querer un país socialmente unido y conciliado.
Al final de su célebre “Ensayo sobre la ceguera”, José Saramago nos entrega una reflexión hermosa sobre la ceguera del hombre: “Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven”. Y este, creo yo, es el dilema de la expresidenta. Que pudiendo ver, no ve.
Pedro Villarino F.
Investigador Faro UDD