Señor Director:

Durante su presentación en la reciente versión de Enade, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, mostró una lámina que señalaba que “en diez años, Chile dejará completamente de depender de combustibles fósiles importados”. En este sentido, y concordando con la idea de avanzar hacia una matriz que apoye los compromisos de carbono neutralidad que nos hemos impuesto como país, es fundamental que el debate energético se sostenga sobre antecedentes objetivos que contribuyan a lograr una transición energética como la que Chile necesita: con seguridad de abastecimiento y al menor costo posible.

De hecho, si hablamos solo de generación eléctrica —que, para precisar, era la materia a la que hacía referencia el ministro Marcel—, lo cierto es que hoy el gas natural es la principal fuente de generación del país, y eso es una buena noticia para las metas de descarbonización, dado que este recurso bajo en emisiones contribuye a viabilizar la salida de centrales que operan con combustibles fósiles altamente contaminantes, como el carbón o el diésel.

A su vez, no nos debemos olvidar que el debate energético no solo se enmarca en el sector eléctrico, y que la presencia del gas natural en nuestras casas y procesos productivos ha resultado crucial para una mayor calidad de vida de las personas y para contar con industrias más limpias. En ese camino, debemos entonces potenciar la presencia de este recurso en aquellos hogares y sectores que aún funcionan con leña, carbón o diésel.

En suma, el gas natural resulta clave para la transición energética de nuestro país. Y es por esa realidad que seguirá teniendo un rol significativo en un horizonte muy superior al señalado por el ministro Marcel en su intervención.

Carlos Cortés Simon
Presidente Ejecutivo de la Asociación de Empresas de Gas Natural, AGN