Nuevamente está Chile rumbo a la clasificación para un Mundial Sub 17. El martes, frente a Argentina, no hubo un avance, pero el Hexagonal recién empezó y también perdió en el primer partido del campeonato, para clasificar después a esta ronda final.
Es el tercer intento de Hernán Caputto por llegar a un Mundial de la serie, con dos ya logrados. Por supuesto que la derrota de hace dos días en Quito “mata ilusiones”, por lo bien que venía jugando, pero ese traspié puede estar en cualquier presupuesto chileno. De hecho, aun clasificando a dos mundiales, perdió con Argentina y con Brasil.
En 2017, en Rancagua, nos despedimos del Hexagonal perdiendo 0-5con Brasil. Y ahora, en la apertura del Sudamericano, 0-3. No jugamos entonces con Argentina, eliminada en su grupo.
Y en 2019 perdimos 0-2 con Argentina en el Hexagonal en Lima, el mismo marcador de ahora. En Perú no enfrentamos a Brasil, eliminado en su grupo.
Es decir, aún en los mejores momentos nos resulta entre difícil e imposible luchar contra los colosos del Atlántico. Siempre. ¿Pudo tener mejor suerte Chile en Quito? Tendría que haber jugado mejor y con mayor concentración. Pero no jugó bien y en los cinco minutos finales del primer tiempo recibió los dos goles. No fue un buen primer tiempo, no tuvo presión ni brillo, pero había sido parejo hasta entonces.
Me pregunto qué tiene Caputto para sus notables desempeños con los Sub 17. Se ha escrito bastante al respecto y las cosas que se dicen parecen bastante románticas. Se dice que tienen éxito con los jóvenes aquellos entrenadores que son correctos, buenas personas, comprensivos, esas cosas. O que tienen sicología y carácter paternal. Puede ser, todo puede ser. Pero qué hay en lo concreto, en la historia de cada caso, el material no es tan abundante.
También tuvo éxito con jóvenes José Sulantay. Y gran éxito. Con los Sub 20 en particular, con los cuales llegó a un Mundial y que luego serían la “Generación Dorada”. Ese tercer lugar mundialista, lo mejor histórico de Chile, inició en Canadá el tranco triunfal de ese grupo de jugadores.
La pregunta es si Sulantay habría tenido el mismo éxito que esos jóvenes tuvieron más adelante con Marcelo Bielsa. Naturalmente, nadie puede asegurarlo con certeza, pero la revolución que produjo el rosarino en el fútbol chileno fue tal que hace difícil creer que otro técnico lo hubiese conseguido.
Tampoco se puede decir que Sulantay no fue exitoso con jugadores adultos. Lo fue, como entrenador de muchos equipos y campeón de Primera División con Cobreloa en 1992 y de Segunda con La Serena en 1987.
En el caso de Caputto, su trabajo con adultos solo registra un breve paso por la U, producido en una emergencia y con resultado discreto. Casi no es computable y lo más significativo fue su decisión de despedir a Johnny Herrera. Habría que verlo de nuevo en una banca de Primera División para considerarlo.
Asimismo, otros entrenadores parecen especializados en algunas áreas. Durante muchos años Isaac Carrasco se caracterizó por llevar a equipos del ascenso a Primera. El “Marinero” era buscado para ascender, aunque su carrera en honor no tuvo el mismo resultado. Y hace menos tiempo heredó su “especialidad” Luis Marcoleta, con el récor de 7 ascensos. Lateral izquierdo Carrasco y goleador Marcoleta, los dos tuvieron en distintas épocas la misma característica.
¿Qué tenían y qué tiene Caputto? Veamos.