Señor Director:

Durante la semana pasada hizo noticia, tristemente, la poda, o más bien la mutilación, del último álamo presente en la Alameda. Árbol joven, sano, de cerca de 40 años, pero a muy mal traer, fue plantado frente al Ministerio de Vivienda y Urbanismo una vez terminadas las obras del Metro. Durante años, este árbol sufrió no solo las altas temperaturas, contaminación y estrés hídrico, sino que fue muy mal tratado por su uso como baño público y como “despensa” de vendedores ambulantes o personas que habitaron el eje central de la Alameda. Su estado deplorable es un reflejo más del abandono en que se encuentran nuestras ciudades. Al conocido deterioro de la comuna de Santiago, se suma el daño y descuido de las áreas colectivas, plazas, arbolado urbano y especies vegetales, reflejo del poco reconocimiento y aprecio que, como sociedad, tenemos hacia nuestras ciudades.

A pocas cuadras de la Alameda, en el Parque Forestal, se pueden observar especies arbóreas mutiladas, rayadas, con riesgo de caídas, descuidadas y secas. El parque, diseñado por George Dubois el año 1900, a solicitud del intendente Enrique Cousiño, contiene una rica variedad de especies, además de albergar el Museo de Bellas Artes, el Museo de Arte Contemporáneo y la Estación Mapocho, entre otros edificios de gran valor, y conforma, sin duda, uno de los lugares mejor logrados de la capital. Si bien la Municipalidad de Santiago mantiene un contrato para el riego, el cual se realiza entre dos a tres veces por semana, no son pocas las especies que, controlada su humedad con un higrómetro, muestran evidentemente signos de sequedad. Consultado el municipio, existe consenso en esta observación, donde se suma la eventual presencia de hongos o la avanzada edad de algunos ejemplares. Sea lo que fuera, desde esta entidad se prepara una renovación y nuevos cuidados de los árboles del parque.

Consciente de las exigencias a las que están sometidos los parques de nuestras ciudades, se deben reforzar los esfuerzos en el diseño, selección de especies y mantención de las áreas verdes de manera sistemática y adecuada a las nuevas exigencias ambientales y climáticas, espacios que nos brindan sombra, aire puro, lugares de recreación y belleza, concepto tan olvidado, pero fundamental para el desarrollo de una sociedad.

Las ciudades no son un telón de fondo donde pasan cosas. Las ciudades son las cosas de fondo que pasan en una sociedad. Y por ello debemos cuidarlas.

Gastón Cañas
Arquitecto